Reseña:
“Sueños de dioses y monstruos” de Laini Taylor.
Datos:
Título original: “Dreams of Gods & Monsters”.
Año de publicación: 2014
Saga: Hija de humo y hueso #3
Siguiente libro: Días de sangre y resplandor
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña
número: #101.
Reseña: Joram es
asesinado y los Ilegítimos deciden huir y unirse a Akiva y Liraz en su
rebelión; mientras, Karou y Ziri deben vivir en una mentira donde el Lobo
Blanco sigue con vida y decide aliarse a los ángeles. Las cosas no son pacíficas
al principio, pero ambos bandos se dan cuenta de que unirse es la única
solución para enfrentarse a Jael, que se encuentra en el Vaticano junto a sus
Dominantes y Rasgut en busca de armas.
Por otro lado, una chica
desconocida hasta entonces comienza un viaje espiritual que la lleva a la
verdad sobre los mundos y las dimensiones entre Eretz y la Tierra.
Opinión.
Amo a Laini Taylor. El nivel de epicidad de este libro es exagerado y
estoy sumamente agradecida por eso, porque mis ideas para historias propias
crecieron muchísimo, la épica de Laini me llevó a descubrir muchas cosas acerca
de lo que yo quería tratar en mis novelas. Es una fuente muy grande de
inspiración, como pocas hay.
Hay muchas cosas que me
encantaron del libro, siempre me dejaba con la boca abierta por las cosas que
sucedían, cosas que ni siquiera recordaba. Lo que me sucedió la primera vez que
lo leí es que todo era tan épico, que lo quería terminar de una vez para saber
qué pasaría y no le puse tanta atención a cosas que ahora sí. También mi
perspectiva de la vida ha cambiado y así también lo que busco en las historias.
Las escenas épicas de las que hablo no se centran en la fantasía por lo
general, sino cosas que podrían pasar en una guerra común en el Planeta Tierra,
y quizá por eso me resultaban más impactantes.
Sin embargo, lo que contrarresta
mucho a este libro, y es una de las razones por lo que a mucha gente no le
gusta, es que es muy lento y repetitivo. Ya había explicado en reseñas
anteriores que Laini repite las escenas cada vez que cambia de perspectiva de
los personajes y eso enlentece mucho la lectura, pero también sucede que se
centra demasiado en lo que sienten los personajes y eso hizo que le sobraran
como cien o ciento cincuenta páginas. Es cierto que no es una escritura pesada
y puedes leer todo esto de forma bastante ágil, pero eso no quita que si, por
ejemplo, sólo lees en el transporte público por falta de tiempo (como yo), la
lectura no avance mucho y te parezca que estás siempre en el mismo lugar. No
creo necesario que se tome tanto tiempo para desarrollar lo que le sucede a los
personajes si, al final y al cabo, repite bastante.
Me encantó conocer a los Stelians
y sus tierras de una vez, una tierra bastante surrealista comparada con la
Tierra o Eretz (a pesar de que están en la misma dimensión). Los Stelians no
tienen nada que ver con el resto de los Serafines, su fuente de poder es tan
grande y sus conocimientos tan amplios que no tienen ni punto de comparación.
Jael y Joram siempre quisieron enfrentarse a ellos y, a pesar de que los
Stelians son muy pocos, creo que no hubieran tenido posibilidades. Me encantó
conocer su lugar en el mundo y todo lo que hacen para proteger las dimensiones.
Sobre la historia detrás de la
historia, lo que tiene que ver más que nada con Elazael y Rasgut… es un poco
sacada de la manga, quiero decir, hubiese estado bien que a mitad del segundo
libro se nos introdujera algunos aspectos de esta historia, para generar más
curiosidad y que no sea tan grande el impacto de la misma, porque parece que
Laini se la inventó para ese libro en concreto, y una historia tan grande y que
tiene tantas consecuencias no puede sacarse así. Me gusta, de todas formas,
pero veo un fallo en introducirla de esta forma.
Karou se siente mucho más
confiada en este libro con respecto al anterior. Es cierto que siempre está
flotando en la incertidumbre de saber lo que pasará, si Akiva y ella lograrán
estar juntos, si habrá un futuro para Eretz y las quimeras, pero nunca se
rinde, siempre está sacando ideas y más ideas para poder avanzar y guiar a los
demás hacia la victoria. Lo que me gusta de Karou es que, siendo tan fuerte y
grandiosa con algunas cosas, no es querida por casi nadie, a diferencia de
muchas heroínas de la literatura juvenil, donde son amadas por todos, aquí
Karou es importante porque es la resucitadora, pero nada más. No es porque
tenga un gran carisma o sea muy amable con el resto, es simplemente eso. Nunca
se va la sensación de que Karou está sola en el mundo, a pesar de sus amigos y
Akiva, siempre está sola, sobre todo se refleja esto en su relación con Esther,
su supuesta abuela. A mí me encanta Karou y me gusta mucho que sea valiente
para enfrentarse a Akiva y defender su amor y no como podría pasar en otros
libros donde la protagonista se queda callada y todo se da por arte de magia.
Akiva es un descubrimiento en
esta relectura. En la reseña anterior dije que fue más importante en la trama
Akiva que Karou, incluso, y aquí pasa un poco lo mismo. Akiva es una roca que
no se mueve cuando se trata de Eretz, a pesar de todas las dudas, los miedos y
las incertidumbres dentro de él. Es muy noble; cuando por fin surge el
encuentro con los Stelians, Akiva entiende lo que ha hecho y entiende lo que
debe hacer, aunque no es lo que quiere. Akiva entiende dónde está parado en el
diagrama del mundo, a diferencia de Karou. Y es un líder extraordinario. También
es muy poderoso, y es algo que me gustó mucho ver: cómo él es tan poderoso y
eso hace que las cosas se desestabilicen. En esta ocasión, es Akiva el que duda
alrededor de la relación con Karou, porque no sabe qué más debe hacer y no
entiende muchas cosas, sin embargo, una palabra de ella y Akiva está arriba de
nuevo. En realidad, me gusta mucho la pareja, porque se apoyan y complementan.
Como todos nos imaginamos a Liraz |
Liraz fue un gusto en esta
entrega. Antes hablé de que Liraz es pura sororidad, no importa si es impasible
y reservada la mayoría del tiempo, por sus hermanas y ella en contra de los
machos alfa, lo que sea. Me encanta que comience a abrirse, a los demás y a
ella misma, porque creo que ni siquiera Liraz sabía que tenía tantos
sentimientos dentro. Y el shipp… moría de amor cada vez que leía las escenas de
ellos dos, porque son demasiado tiernos, ambos explorando y asombrándose por
esos sentimientos que ni siquiera saben cuándo comenzaron ni porqué, ya que no
parecía posible. Pero lo que más me voló la cabeza, fue ver a Liraz haciéndose
amiga de las Sombras Vivientes, un par de quimeras con cuerpo de pantera y
cabeza de mujer que son expertas en asesinar sin que nadie las note hasta que es
demasiado tarde. Las tres juntas son un Girl
Power tremendo que me tenía fascinada y saltando y contenta y amando a
Laini Taylor por darme esa escena. Liraz es puro fuego en este libro, no
importan sus dudas, cuando comienza a entender quién es ella y que lugar ocupa,
está todo encaminado. Me encontré amando a Liraz cuando antes me daba bastante
igual.
Ziri es un terroncito de azúcar,
y quizá por eso mismo, en el libro anterior no me llamó mucho la atención. La
azúcar me empalaga. Pero ahora, en su papel como única esperanza de una tregua
y general de las quimeras, Ziri debe dejar todas las dudas de lado, su deseo
por Karou, su tristeza porque por la pérdida de su cuerpo, la certeza de que
van a morir, entre muchas otras cosas, para ponerse en la piel del Lobo y dar
lo mejor de sí, y lo hace muchísimo mejor que Thiago. Ziri es muy valiente,
pero no sólo por esto, sino por los pasos en falso que da hacia una relación
que no sabe si está bien, si será correspondido, si es posible. Ziri tenía las
escenas más tristes, porque se encontraba completamente solo en su dolor, pero
también las más valientes.
Zuzana es como siempre,
divertidísima y encantadora, pero es en este libro que entiende lo que es la
guerra, que se enfrenta a una batalla y se da cuenta de que todo lo que han
estado haciendo no es un juego. No duda en seguir apoyando a Karou y Akiva, y
al resto, porque ya las quimeras y los Ilegítimos han pasado a ser parte de
ella. Junto a Mik, protagonizan escenas increíbles, hazañas que serán
recordadas por siempre, y es gracias a ella que Elisa puede volver en sí. Zuze
es mi mejor amiga favorita de todos los libros que he leído, porque es todo lo
que yo querría como una mejor amiga, ella no deja de adivinar los sentimientos
de Karou y hacerle frente a los demonios que esta tiene.
Mik siempre será el punto de
unión de todo en esta saga. La magia de la música de Mik no sólo permite que
las quimeras y ellos (Zuze y Mik) se hagan amigos, sino que las quimeras e
Ilegítimos puedan comer en paz en un mismo lugar, gracias a su violín también
hace dos cosas que son fenomenales, que no puedo decir porque son tremendos
spoilers, pero siempre está presente que el superpoder de Mik es su habilidad
con el violín, y su amor por Zuze, porque sin eso no se metería a hacer la
mitad de las cosas que hace. Me gusta que Mik no esté siendo todo el tiempo el
chico dulce y complaciente, ya que hay escenas en las que él dice no, y es no, y punto.
Jael es súper repugnante. A pesar
de que es el villano y deberían irle algunas cosas bien, desde el inicio no es
así. No porque las quimeras lo ataquen, esto pasa en la segunda parte del
libro, sino porque todas las cosas que Rasgut le contó que pasarían (que los
humanos rápidamente le darían armas y los alabarían) no están pasando. Se
encuentran varios días en la Tierra esperando por algo que nunca llega y eso
es, principalmente, lo que hace que Jael pierda, porque su frustración estaba
tan al borde que no se dio cuenta de muchísimas cosas que pasaban a su
alrededor y lo llevó en un camino hacia la arrogancia.
Elisa está bastante metida con
calzador en la historia. Nos permite saber lo que sucede en la Tierra mientras
el resto está en Eretz, pero sus escenas son muy repetitivas hasta la mitad del
libro, siempre se nos habla de lo mismo: sus horribles pesadillas y la secta a
la que perteneció; pero no se agregan nuevas cosas cada vez que rememora algo
de lo que le sucedió, siempre está diciendo lo mismo hasta que las cosas se
descarrilan. Hubiese preferido que el personaje tenga menos escenas o que
fueran más cortas, para que no se repitiera tanto. Cada vez que venía una
escena desde su perspectiva me daba mucha pereza leer. Me gusta muchísimo lo
que sucede con ella, pero, como dije antes, todo esto es sacado de la manga y
Laini pudo introducirnos un poco de este tema en el libro segundo, de mano de
Rasgut, no era necesario que metiera a Elisa, pero sí algunas escenas para que
esto no quede tan en el aire.
Scarab es la reina de los
Stelians y a mí me tenía fascinada, no porque fuera poderosa (que lo es y
mucho) ya que esto es un rasgo típico de los Stelians, sino por esa otra parte
suya que dudaba, que ya no quería seguir las tradiciones de su pueblo para
poder tomar las armas y enfrentarse de una vez a lo que hay allí afuera. Scarab
no es una reina pacífica, más bien ella es todo guerra y, a pesar de que es la
primera vez que mata, está lista para ello, para lo que debe hacer. La verdad
es que me encantó el personaje, creo que hace mucha competencia con Karou, en
cuanto a fortaleza, pero que Scarab es mucho más segura de sí misma y también
ha sufrido menos.
En conclusión, me encantó releer
la trilogía, espero hacerlo de nuevo el año que viene porque fue una
experiencia impresionante y, como dije, me llenó de inspiración para mis
propias historias. Estoy tentada a decir que Laini es mi autora favorita.
Valentine