Reseña:
“Días de sangre y resplandor” de Laini Taylor.
Datos:
Título original: “Days of Blood & Starlight”.
Año de publicación: 2012
Saga: Hija de humo y hueso #2
Siguiente libro: Sueños de dioses y monstruos
Libro anterior: Hija de humo y hueso
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña
número: #100.
Reseña. Karou se
encuentra en una kasbah junto a las quimeras sobrevivientes del exterminio por
parte de los serafines. En Loramendi, la capital del territorio quimérico,
Karou se encontró con quien menos deseaba, Thiago, general de las quimeras y su
asesino. Ahora sirve como Resucitadora de la rebelión, mientras Zuzana y Mik la
buscan por el mundo, y Akiva convence a sus hermanos de enfrentarse a su
Emperador por la paz.
Opinión.
Con este libro de la saga en
particular tenía muchos sentimientos encontrados, porque la primera vez que lo
leí se me hizo excesivamente largo y sentía que no sucedía nada. Ahora no fue
así, todo lo que sucedía me resultaron las piezas de un puzle que llevaba hacia
el final. Es decir, el libro me gustó muchísimo.

Es
cierto que en sí pasan dos cosas importantes: en la Tierra y en Eretz; por un
lado, Karou intenta hacerse un hueco entre sus compatriotas y mantener a Thiago
alejado de ella, y, por otro lado, Akiva, seguro de que Karou está muerta (este
es un aspecto súper estúpido del libro que no debería estar y ni siquiera me
acordé de él hasta este momento), da cuerpo y alma para que Eretz sea un lugar
mejor, y para eso debe convencer primero a Hazazael y a Liraz, porque son sus
hermanos, y matar a Joram, claro. Hay muchas más cosas que pasan, se nos
muestra cómo quedó Eretz después del exterminio masivo, pero en sí el libro
discurre entre esos dos ejes. Karou y Akiva no están juntos en casi ningún
momento, creo que tienen tres o cuatro escenas juntos y no en plan romántico,
sino por una causa común.

Gracias
a Akiva y otras perspectivas, conocemos más de Eretz. Sabemos de las Tierras
Postreras y varias localidades del territorio seráfico y el quimérico (que
ahora en realidad es seráfico también), sin embargo, me gustaría saber cómo son
las ciudades serafines, qué sucede con el resto de serafines que no son
soldados, ahora sabemos que hay más legiones además de los Ilegítimos, pero
también debe haber ciudadanos normales, aunque no se habla de ellos. Del lado de
la especie quimérica tenemos otros vistazos, hay muchos civiles en sus aldeas o
pueblos que son esclavizados por los serafines y también tenemos sus
testimonios, así como conocimos Loramendi en el primer libro. En Días de Sangre y Resplandor, conocemos la
Torre de la Conquista, donde vive Joram, pero nada más, absolutamente nada más
que a algunas sirvientas, los guardaespaldas de Joram y unos
ministros/consejeros. Por otro lado, y esto es lo más interesante, se
introducen los Stelian, otra raza de serafines que no son parte de este
imperio, sino que tienen uno a parte, y viven en tierras remotas de donde
ningún serafín de Joram ha vuelto. Sabemos muy pocas cosas de ellos también,
pero se nota que tendrán un papel más importante en el próximo libro, principalmente
porque a esa raza pertenece Akiva (si no contamos a Joram, mejor no lo
contemos).
Karou es una ola de melancolía en este libro. Todo
el tiempo está bastante frustrada, cansada y triste. Y es completamente
entendible: conoció una nueva identidad pasada, a un mundo que ni sabía que
existía, perdió a su familia, está lejos de todo lo que conocía, ninguna
quimera la quiere por ser amante de un ángel, y Thiago no permite que participe
abiertamente en esta rebelión. Karou ni siquiera sabe a dónde van las quimeras
cada vez que parten a Eretz, ella sólo se encarga de resucitar a algunos
muertos. Vive en un ambiente de opresión, todo el tiempo la están vigilando y
sabe que la prefieren muerta, pero que no pueden deshacerse de la resucitadora.
También siente un gran rechazo hacia Akiva y me parece un sentimiento muy
fuerte e interesante, ver que la protagonista quiere lo más lejos posible a su
interés amoroso, a pesar de que lo siga amando. Karou es un personaje muy
fuerte y es genial, porque a pesar de esta fortaleza y su atrevimiento en las
situaciones en las que es necesario que tome el mando, que se defienda, que
decida cosas, Karou sigue siendo dulce, sigue teniendo miedo, sigue con la
incertidumbre del futuro de todos ellos, no en su amor con Akiva solamente,
sino sobre sus vidas y lo que sucederá con la raza quimérica.
Akiva
siempre me pareció un poco la excusa para que Karou tenga una pareja (que no la
necesita) o para que la historia funcionara, pero en este libro tiene un papel
mucho más importante que el de Karou, diría yo. Vemos surgir en Akiva no sólo
las llamas de un enfrentamiento con su padre, Joram, sino una magia y un poder
que él desconoce y que no tiene idea de donde proviene, y por eso el papel
importante de los Stelians. Akiva es un personaje melancólico de por sí, ya lo
sabíamos en el primer libro, ahora siente dolor porque supuestamente Karou está
muerta, pero, una vez que sabe que no es así (enseguida), siente dolor por
estar alejado de ella, otra vez. Sin embargo, las acciones de Akiva dejan de
girar en torno a Karou en el libro, se compromete a salvar Eretz y traer paz no
sólo porque este era el sueño de ambos, sino porque es lo correcto, porque la
tierra necesita que dejen de matarse por la eternidad. En fin, Akiva se me hizo
un personaje más ameno, incluso me identifiqué más con él en este libro que con
ningún otro personaje, eso que Akiva era nadie para mí, mientras que me
gustaban muchos otros personajes, como Karou, Zuz, Mik o Hazazael.

Mik
es un encanto. Es cierto que el personaje se encuentra relegado en comparación
con otros, principalmente porque tiene muy pocas narraciones desde su punto de
vista, pero es un personaje importante sin duda. Gracias a Mik es que pueden
aliarse con las quimeras, la música de Mik hace más magia que toda la magia de
Akiva y Karou juntas, y este es un rasgo que se repetirá en otras ocasiones, y
no es aburridor, es algo que sólo Mik puede hacer y es necesario por eso mismo.
A pesar de que él y Karou no se conozcan hace mucho tiempo, tampoco duda en
ayudarla, quizá sí considera un poco más el peligro que corren metiéndose en
una guerra ancestral. Quizá no convence a mucha gente la relación que hay entre
Zuzana y Mik, porque es bastante rápida, sólo han pasado unos meses desde que
se conocen y están haciendo planes a futuro (al menos él), no obstante, es algo
que parece bastante natural; nunca me puse a pensar que no deberían ir tan rápido,
porque se siente cómo que son el uno para el otro y hace mucho tiempo están
juntos, principalmente porque más que pareja son amigos, se apoyan mutuamente y
se tienen confianza, y para mí eso es fundamental en una relación.
Thiago
es un ser repulsivo, pero no exactamente porque sea uno de los villanos de este
libro, sino por el doble papel que quiere jugar: el general que odia a la
amante del ángel y quiere venganza para sus subordinados, y el aliado
comprensivo que busca la rebelión y una oportunidad para las quimeras. Todo el
tiempo la protagonista se pregunta qué es lo verdadero dentro del discurso de
Thiago. Además, se plantea como un amigo, pero Ten está vigilando a Karou todo
el rato, no permiten que ponga un madero en la puerta de su habitación para que
se sienta segura y tenga privacidad, continúan todos reacios a hablar con ella
y siguen insultándola. Como general, Thiago deja mucho que desear, en lugar de
guiarlos para que rescaten a los pocos sobrevivientes que quedan y liberar a
los esclavos, busca venganza, lastimando a los serafines y gastando sus
recursos (que los provee Karou, no él) en una matanza sin sentido. Sin embargo,
la figura de Thiago es crucial en la rebelión y Karou sabe eso, por lo que no
se anima a ir contra él o derrocar su poder, porque sabe que nadie la apoyaría
a ella, más bien todo lo contrario.

Hazazael
es, obviamente, el personaje más encantador de toda la trilogía y está hecho
precisamente para eso. Hazazael es el chico que te hará reír, que te provocará
ternura y que te encantará. Por supuesto, este tipo de personajes me encantan y
nunca me canso de ellos (si están bien hechos, claro). Sin embargo, Hazazael es
más que una cara bonita y encanto, lo vemos en varias ocasiones: cuando Akiva y
él deciden salvar a un montón de quimeras; cuando Hazazael hace cualquier cosa
con tal de desviar la atención de Jael de Liraz, con tal de que no toquen a su
preciada hermana hará lo que fuera; y cuando decide apoyar a Akiva para que
Eretz sea un mundo mejor. Hazazael es el chico encantador, pero no por eso es
plano, es cierto que nunca tenemos sabemos su perspectiva, pero se nota que
detrás de todo su optimismo, él también está preocupado por lo que está
sucediendo en su mundo y quiere mejorarlo.
Jael
es la peor rata del mundo. No hablo de Joram, su hermano y emperador, porque
apenas sale en el libro. Más allá de que todo sea culpa de Joram, el verdadero
villano es Jael. No se lo puede ver de otra manera, en ningún momento,
principalmente porque desde el comienzo de nos presenta como alguien que quiere
violar a Liraz y como un fanático de la matanza de quimeras. El líder de los
Dominantes es repulsivo incluso para sus soldados y su hermano, y no solamente
por la desfiguración de su cara. En mi opinión, Jael es peor que Joram, porque
el primero piensa, medita, planifica, y el segundo solo se baña con ricos
perfumes y espera que todos sus hijos peleen por él y tener más poder. Jael
también quiere poder, por supuesto, pero no tiene ese sentido de lo perezoso o
de ya no me importa nada, estoy más allá
de eso, que tiene Joram. Este último simplemente flota en el universo
mientras que Jael planea. Es mucho más peligroso.
Ten, la segunda de Thiago es una
pesada, ya ni siquiera me parecía mala, porque es como un mosquito, todo el
tiempo zumbando alrededor de Karou y pesadeando y no dejándola ser; lo único
que yo deseaba es que alguien le callara la boca, por favor.
Por suerte, y para mi alivio,
aparece Issa, la única madre que Karou conoció alguna vez, para apoyar a su
niña y ser su única aliada, hasta que lleguen Mik y Zuz. Issa es respetada por
ser la mano derecha de Brimstone desde hace décadas, y por eso gana cierto
respeto entre el resto, lo que le da otra validez a Karou. Pero lo más
importante para la peliazul es tener a un integrante de su familia con ella y
todo lo que Issa tiene que revelarle.
Ziri es el último Kirin (la tribu
de Madrigal) vivo, y uno de los pocos, sino el último, soldado quimérico sin
resurrecciones, lo que significa, sin hamsas. Al principio Ziri parece un
simple recuerdo de Karou/Madrigal, pero hacia el final el personaje toma
muchísima importancia para la historia y nos damos cuenta de lo valiente que
es. Desde la perspectiva de Karou puede parecer un niño aún (eso era cuando
asesinaron a Madrigal), pero Ziri es un soldado mortal y muy valiente, lo que
se nota en su danza contra los serafines, en las decisiones que toma por la
rebelión, y sus prioridades (las prioridades que Thiago no tiene al elegir
matar a serafines en lugar de salvar quimeras).
Este libro me pareció muy épico
desde el lado de Akiva y como una bola de nieve desde el lado de Karou: ella va
aprendiendo quién es y cuál es su lugar en la rebelión, y las cosas que debe
hacer si quiere ver su sueño cumplido. Sobre todo, me gusta el tinte oscuro que
tiene la historia. A pesar de que este sea el sueño de Akiva y Madrigal, no
están juntos como desearon y sus bandos no podían estar más divididos. Las
cosas están pasando, pero no como lo imaginaron. Igual que en la vida real.
Valentine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario