Reseña:
“Las crónicas de Narnia: la última batalla” de C. S. Lewis.
Datos:
Título original: “The Last Battle”.
Año de publicación: 1956
Saga: Las crónicas de Narnia #7
Libro anterior: La silla de plata
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña
número: #98.
En
este caso, es el séptimo tanto en el orden cronológico como en el orden de
publicación.
Esta
es mi relectura de Las crónicas de
Narnia.
Reseña.
Mientras
el último rey de Narnia ocupa su trono, un mono y los carlomenos fraguan una
conspiración para hacerles creer a todos que Aslan ha vuelto y así controlar a
los narnianos. Sin embargo, no entienden que de esa forma desatan una fuerza
mayor de la que nunca se ha visto en Narnia.
Opinión.
La primera vez que lo leí me
gustó mucho, pero es cierto que había esperado más. La primera mitad me resultó
aburrida, como que no pasaba mucho, mientras que el resto me encantó. Esta vez,
sabiendo muchas más cosas de la saga y los personajes, y habiéndola releído, me
gustó mucho la primera parte también. Es un final de saga encantador, en donde
ese cansado Aslan retoma fuerzas y donde todos los humanos que alguna vez
visitaron Narnia, comprenden su esencia y lo que hay detrás de ella.
Al principio no se entiende hacia
que lado irá el libro. No es un viaje típico de Narnia, no es una batalla al
final para coronar a un rey como en los libros anteriores. Este libro rompe los
esquemas que Lewis nos brindó. Incluso el protagonista es un rey de Narnia y no
un niño humano o, en el caso de El
caballo y el Muchacho, niños de otras naciones. Es cierto que Caspian
teóricamente es el protagonista de El
Príncipe Caspian, pero siendo sinceros, está más pintado que los girasoles de
Van Gogh. Y es un libro bastante más serio; antes siempre hemos tenido a un
villano que vencer, pero, pese a quien le pese, no era muy difícil hacerlo, en
este caso llega un punto en que ya no sabes cómo la historia y la situación de
los personajes puede empeorar. Siempre estamos esperando que, como en otros
libros, Aslan nos salve o llegue una ayuda inesperada. Y eso no sucede. Es
cierto que el final de los personajes no es trágico, en alguna medida, pero sí
es trágico y doloroso cómo llegan a ese final. Lo mismo sucede con Narnia, a la
que los carlomenos estaban destruyendo y talando; tras algo así, es poco
probable que se recuperase. Sí es cierto que en la primera parte no pasan un
montón de cosas, es un poco más tranquila que la segunda, pero es muy disfrutable
de todas formas, sobre todo cuando aparecen Eustance y Jill para ayudar a
Tirian (el último rey de Narnia). Es muy bonito rencontrarnos con todos los
viejos personajes y es un cierre de saga muy encantador, muy esperanzador.
Una vez más, y por última vez, el
estilo de Lewis y su pluma son una delicia. Te envuelven completamente en el
aura narniana hasta el punto que sientes que estás allí y, en un par de
páginas, te tiene amando a sus personajes. Siendo adulto leer Narnia es muy
bonito y muy enriquecedor, pero imagino que siendo niño es toda una aventura,
porque Lewis sabe como comunicarse con su lector y cómo enseñarle las cosas y
poner ejemplos que se entiendan.
Hablar sobre el mundo de Narnia
sería un enorme spoiler. Al principio, parece ser un lugar pacífico, como
siempre tuvo que serlo. Sin embargo, todo eso cambia por culpa del Mono y los
carlomenos y así conocemos una Narnia que se está quedando sin árboles, una
Narnia que no es segura y unos habitantes narnianos que están muy asustados y
necesitan que alguien los contenga. Es una situación bastante fea y una
situación que, creo yo, nunca imaginábamos que sucedería: un narniano
traicionando a Narnia.
Tirian es uno de los reyes más
nobles de Narnia. Es cierto que el resto es maravilloso, valiente y dignos de
liderar Narnia, pero Tirian se me hizo un rey que, teniéndose que enfrentar a
una verdadera atrocidad y a situaciones que el resto no, siempre opta por la
opción correcta, aunque no sea la más sencilla; por supuesto, se enfrenta a
ellas con completa valentía y sin dudar ni un segundo en arriesgar su vida por
la libertad de su casa y su pueblo. Es un digno descendiente de Caspian y me
encantó.
Jill y Eustance crecieron
bastante con respecto al libro anterior; me refiero a su personalidad, ya que
en realidad sólo ha transcurrido un año. Pero en ese año, se nota que su
amistad ha crecido y que ellos mismos se sienten seguros de pisar Narnia
sabiendo que pertenecen a ella y no como extraños o forasteros. Son claves para
la lucha y para ayudar a Tirian, y los únicos que pueden hacerlo, ya que el
resto de “los amigos de Narnia” son muy mayores para regresar.
El Mono es uno de los seres más
viles que conocí. Jadis era mala, pero ocupa un lugar en mi corazón igualmente,
otros villanos me parecen ridículos (El
caballo y el muchacho) y a otros no se les da tiempo de ser (La silla de plata o El príncipe Caspian), pero el Mono me pareció el peor de todos
ellos. Decide traicionar su propio lugar sólo para… ¿qué? ¿Tener un poco de
poder? Es un ser completamente repugnante y siempre me daban ganas de matarlo
cada vez que aparecía en acción.
Aslan ha venido cansado en los
últimos libros, pero aquí lo vemos mucho más fuerte que nunca, utilizando todo
su poder para poner las cosas en orden y guiar a todos los narnianos hacia un
lugar mejor, como siempre lo ha hecho. Por fin se terminan los misterios y
Aslan se muestra al resto en su totalidad.
Lucy, con su curiosidad, energía
y valentía; Ed, con su sentido del humor, sensatez y amabilidad; Peter, con su
bondad y majestuosidad (él sabe que es el rey supremo); Digory, con su
experiencia y sabiduría; y Polly, siempre alegre y protectora; son los amigos
de Narnia. A pesar de los años se han mantenido presentes y soñando y
recordando a Narnia, deseando poder regresar algún día. Son personajes
maravillosos que se merecen lo mejor y que siempre buscan compartir esto con el
resto de los narnianos y personas. Por supuesto, es una dicha para ellos
mismos, y para el lector, que se encuentren allí en ese momento; sobre todo
para Polly y Digory, que vieron como nacía Narnia. Es muy bonito el gesto de
Lewis al colocarlos en la historia.
Me encantó releer la saga y creo
que lo haré de vez en cuando porque no cuesta nada leer los libros y porque
están llenos de magia, una magia tan sencilla que hasta parece real y no tienes
que carcomerte la cabeza pensando qué está sucediendo, porque la aventura y la
forma de narrar de Lewis te transportan a la propia acción. Creo que es una
obra que está infravalorada, que tendría que tener muchos más lectores,
principalmente porque la literatura fantástica y juvenil no sería hoy en día lo
que es sin Las crónicas de Narnia. Se
toman mucho en cuenta a El señor de los
anillos y a Harry Potter, que,
por supuesto está bien, pero también debería ser así con Las crónicas, porque es un pilar de la literatura. Y, por favor,
sigan con las películas (maldito Disney).
Valentine
No hay comentarios:
Publicar un comentario