Reseña:
“El extraño caso de Dr. Jekyll y
Mr.Hyde” de Robert Louis Stevenson.
Datos:
Título original: “The Strange Case
of Dr Jekyll and Mr Hyde”.
Año de publicación: 1886
Libro autoconclusivo.
Reseña: El señor Utterson,
un prestigioso abogado, caminaba una tarde con su primo, el señor Enfield, como
de costumbre, y pasaron delante de una casa con una austera y solitaria puerta
que no era acompañada de ventanas. Enfield le cuenta que allí vivía un hombre horrible
y despiadado cuyo nombre era Edward Hyde, y que frente a sus propias narices
pechó a una niña y la pasó por arriba, sin disculparse ni arrepentirse.
Utterson recuerda a Hyde, ya que su nombre aparecía en el testamento de su
amigo y cliente, el doctor Henry Jekyll; en éste quedaba patente que Hyde
recibiría todas las posesiones en caso de morir o desaparecer Jekyll. Utterson
no confiaba en Hyde, y menos por lo que le habían contado de él, así que no
comprendía porque Jekyll lo tomó como su protegido y lo estimaba tanto. Después
de una tragedia que arrasó Londres y puso en evidencia a Hyde, este desapareció
y Utterson se sintió aliviado de que Jekyll fuese el mismo que antes,
disfrutando de una carrera prestigiosa y de buenos amigos. Hasta que Henry, sin
dar explicaciones, comenzó a encerrarse solo en su casa, sin recibir visitas,
consumiéndose.
Opinión personal: Me encantó, y sabía que iba a encantarme. Lo he terminado muy rápido,
pues es un cuento corto, aunque lo alargué todo lo que pude. Obviamente, aunque
ya sabía el final, quería saber cómo era en el libro. Con esta lectura y la
siguiente, “El hombre invisible”, me di cuenta que según como cada uno se
presente ante un libro, es según cuanto te gustará o calará en ti el libro.
Desde que vi la película de “La liga de los hombres extraordinarios”, quedé
enamorada de sus personajes, aunque dicen que es una muy mala adaptación del
comic (que quiero leer). Es por esto, y porque me causaba mucha curiosidad, que
comencé a leer sobre los personajes que aparecen en el cómic: Henry Jekyll y
Edward Hyde, Hawley Griffin, Mina Harker, Capitán Nemo y Allan Quatermain.
La pluma de Stevenson es brillante y auténtica.
Es cierto que tuve que releer párrafos enteros porque a veces no entendía su
increíble sintaxis o su léxico. Ojo, no es que el libro sea complicado, pero
encontré dos traducciones diferentes que, aunque decían lo mismo, sus palabras
o frases eran bastante diferentes. Ojalá pueda tener el libro en mis manos
pronto, porque quiero leer más de esta prosa magnífica. No lo leí en inglés,
así que no sé qué tan diferente es la traducción, sólo espero que le haga
justicia a la pluma del autor.
Hablemos de la trama. No quiero hacer el spoiler
más grande de todos, a pesar de que es un libro bastante conocido e icónico,
pero alguna cosa, media indirecta, voy a decir. La trama está bien planteada
desde el punto de vista de Utterson todo el tiempo, apenas al final tenemos una
carta de Lanyon y de Jekyll. Es bastante dinámica, nos va contando algunas
cosas de Hyde primero, por parte de Enfield, que levantan la sospecha y
preocupación de Utterson. El abogado investiga a algunos conocidos y a los
empleados de Jekyll, e intenta convencer a Henry que se aleje de Edward. Él
mismo comienza a darse cuenta que hay algo que no cuadra en esa relación, es
imposible que alguien tan opuesto a Jekyll sea su protegido; su primer
pensamiento es que Hyde lo amenaza con algún pecado del pasado. Pero a pesar de
todas las pistas, nadie pensaría lo que sucedería al final y lo que está detrás
de toda la historia.
La trama presenta una dualidad, la lucha entre
el bien y el mal en el interior de cada persona. Todos los individuos tenemos
algo de bueno y algo de malo en nuestro interior, debido a diferentes factores,
como puede ser el miedo a ser castigado (leyes, por ejemplo), miedo a lo que
piensen los demás, vergüenza, entre otros; determinan de qué lado estamos. Pero
lo ideal, lo mejor, es que cada uno elija que bando seguir, es decir, que cada
persona decida si su parte benévola gobernará o si, por lo contrario, lo hará
su maldad. Al igual que muchos siguen su lado bueno por lo antes mencionado,
muchos otros deciden continuar por el lado malo, por ejemplo los que no tienen
respeto hacia los demás, los que no temen a los castigos con tal de satisfacer
sus necesidades morbosas, los que caen ante la debilidad de las tentaciones.
Las personas deben conocerse a sí mismas, saber de qué son capaces y cuáles son
sus límites, y así elegir consciente y correctamente. Stevenson nos habla de las
facetas del ser humano, de su personalidad cambiante, de sus aciertos y
desaciertos, de su búsqueda de identidad, de su lucha por elegir al bien o al
mal y saber si se es feliz con ello.
El tema está bien planteado, se entiende a la
perfección, y al ser un cuento y no un ensayo, por ejemplo, es más dinámico y
atrapante. Lo que me gusta es que en pocas páginas, sin rebuscar demasiado las
palabras, nos habla de todos estos temas profundos e importantes sobre la
naturaleza humana.
Pasemos a los personajes.
Henry Jekyll es un doctor respetado, famoso,
adinerado y muy querido por el pueblo londinense y sus amigos, que ha decidido
seguir esta profesión para ayudar a los demás. Allí a donde vaya, Jekyll es una
luz que ilumina a todos los demás, siempre es el centro de la atención; además,
es muy simpático, justo, amable y dispuesto a dar una mano a quien lo necesite.
Hace algún tiempo que tomó bajo su protección al joven Hyde, a quien deja
entrar a su casa y mandar a sus empleados cuando lo desee; incluso redacta un
testamento donde le hereda todo su dinero y posesiones en caso de morir, o lo
que es más sospechoso, desaparecer. Desde que conoció a Hyde, se ha distanciado
de sus amistades y pasa recluido en su casa, hablando apenas con sus empleados;
se volvió un desconocido para todos aquellos que estaban acostumbrados al
sonriente y benévolo Henry Jekyll, taciturno, triste, una sombra de lo que era.
El personaje está muy bien construido, por supuesto tiene muchas facetas y él
mismo lo reconoce, es cierto que es un genio y una persona estupenda, sin
embargo, se me hizo algo bobo a veces, como si en ocasiones, quizá cuando el
mismo reconocía con vergüenza sus errores, me parecía un poco insulso, un poco
aburrido.
Edward Hyde es una persona despiadada, malvada,
agresiva, que no siente compasión por nada ni por nadie, se la pasa haciendo
daño a la gente y causándole asco. Quienes lo ven coinciden en que, a pesar de
no lucir ninguna deformidad física, verle el rostro da la sensación de que es
deforme, de que no es como debería, de que algo está mal en Hyde. Por supuesto,
esto a él no le afecta en lo más mínimo y le trae sin cuidado. A pesar de que
Jekyll es su protector, no habla mucho de él. De hecho, no habla demasiado,
dice únicamente lo indispensable. Se pasa su tiempo y vida jugando sucio,
cometiendo un pecado tras otro y dañando a los demás. Nadie sabe de dónde
viene, quién es su familia, y el único que podría saberlo, Jekyll, no dice nada
acerca de sus orígenes. Gracias a su benefactor, puede entrar por la austera puerta
de su casa que da a la habitación de experimentos del doctor, aunque él tiene
su propia casa. Nadie quiere relacionarse con Hyde, es de las peores personas
que existen, pues sólo está hecho de maldad. El personaje es todo lo contrario
a Henry y quizá por eso mismo me gustó mucho más, me resultó más interesante;
por lo que dije antes, que muchas personas son “buenas” solo por miedo a la
ley, la humillación, etc., es que al ver una verdadera persona malvada que no
teme a estas cosas, me resulta interesante descubrir qué es lo que sucede
dentro de su cabeza, como es que ve el mundo.
Utterson es un hombre centrado y honesto, no ve
lugar para la maldad en el mundo y lo único que quiere lograr con sus acciones
es la seguridad y bienestar de Jekyll. Por supuesto que no le gustó nada su
testamento y lo encontró sospechoso, pero después de conocer a Hyde, le quedó
claro que este último y su amigo no debían tener nada que ver. El punto de
vista del libro es el suyo, así que lo vemos hablando con diferentes personas
para averiguar quién es Hyde y qué representa en la vida de Jekyll. Al final,
es en quien confían los empleados de Henry para solucionar sus problemas. A
pesar de ser un abogado centrado, el personaje me gustó mucho y me pareció
entretenido, es una buena opción de punto de vista.
Me agradó Poole, el mayordomo de Jekyll. Es un
hombre que ha vivido toda la vida junto a su jefe y lo aprecia mucho, quiere
ayudarlo, se preocupa por él. Como vive bajo su mismo techo, se da cuenta de
los cambios de Henry y las raras visitas de Hyde. Confía plenamente de
Utterson, porque sabe que este sólo quiere lo mejor para Jekyll. Al final, los
dos se alían para poder descubrir la verdad. Me da mucha pena por el final.
Enfield y Lanyon son dos de los otros personajes
que aparecen en el libro. Lo que tienen en común es que son unos engreídos.
Stevenson capta muy bien la hipocresía de la época, y todo lo que hay alrededor
de ella. Enfield es un poco más recatado, pero Lanyon es todo pomposidad y
teatralidad. Enfield es primo de Utterson y Lanyon es colega de Jekyll y amigo
de la universidad de Utterson, y es a quien el abogado recurre para preguntarle
cosas sobre Henry, a pesar de que Lanyon admite no saber nada de él desde hace
tiempo.
En fin, la historia me ha parecido genial, está
muy bien lograda, demuestra que con poco y sencillo se puede crear mucho. Los
personajes me gustaron mucho todos, incluso Hyde (más que nada Hyde) y
Utterson, por supuesto; aunque Henry me daba ternura no me llegó al corazón,
creo que era demasiado bueno para ser verdad (bueno...) y me aburría un poco.
El tema está planteado metódicamente y muy bien. ¡Y la prosa es hermosa! Cada
vez me convenzo más que estos son los tipos de clásico que me gustan, iré a por
más.
Créditos de las imágenes a quien corresponda.
¡Nos leemos!
Valentine.
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