Reseña:
“Ten” de Gretchen
McNeil.
Datos:
Título original:
“Ten”.
Año de publicación:
2012
Libro
autoconclusivo.
Reseña: Meg y su amiga Minnie acuden a la fiesta
de una solitaria mansión en una isla. No le han avisado a nadie en donde se
encuentran, se aproxima una tormenta y los invitados a la fiesta son un tanto
extraños. Lo más extraño es que la anfitriona no se encuentre en casa. Solos,
los diez chicos, comienzan a ser cazados por alguien que no saben quién es.
Podría ser uno de ellos. Podría existir una onceava persona en la isla. Lo
importante es confiar los unos en los otros e intentar resolver el misterio.
Opinión personal: El libro no
ha estado mal, me sorprendí bastante al saber quién era el asesino (algo que
veo esencial en un libro de misterio o suspenso) y en realidad el ritmo es
bueno, no de maravilla, pero te mantiene enganchada. Además, es bastante corto
y los capítulos son pequeñísimos. Pero está plagado de clichés. Antes de pasar
a los personajes, las fuentes más grandes de clichés, hablemos en general.
La
escritura es bastante simple, podría ser mucho mejor. El libro en sí tenía
mucho potencial para crear gran suspenso y hasta miedo, pero como es más bien
simplón, no te produce nada de eso. En vez de escribir la historia de forma más
compleja o con un poco más de descripciones, de forma que haya suspenso. Uno de
los aspectos que no me gustaron es que la autora hace énfasis en la relación
amorosa de Meg y T.J. en vez de en los asesinatos; todos estaban muriendo de
uno en uno, no saben qué sucede, no saben quién es el asesino, y ellos dos besándose.
No tiene sentido, ninguno. Porque ni siquiera es un beso de «oh, vamos a morir.
Bésame.». Es un beso salido de la nada, por calentura. No me hubiese molestado
que ellos se gustaran, pero ya ir al extremo de amarse... bueno. Tampoco
pretendo que la relación no esté, porque además de la trama de los asesinatos,
casi con el mismo protagonismo, está la trama amorosa y el dilema que causa que
Meg y T.J. se gusten, ya que a Minnie también le gusta él y no quiere que esté
con Meg, entonces esta última se siente culpable y al mismo tiempo T.J se
enfada porque Meg se siente culpable, y así todo el libro.
Todo
el escenario es bastante cliché: una mansión moderna en medio de una isla,
afuera ruge la tormenta y se corta la luz. No hay manera de avisarle a nadie,
el ferry no viene a buscarlos hasta dentro de unos días. Nadie le ha avisado a
sus padres a donde van; no me parece una cosa de niños de mamá avisar en
nuestras casas donde estamos, es para que no pase exactamente esto, para que no
muéramos, no vuélvamos más y nuestras familias no sepan nada de nosotros; a
algunos les parecerá exagerado, pero con toda la inseguridad que ronda por
nuestras calles, decir a dónde vas antes de salir es la mejor opción.
Todo
el tema misterioso que hay que averiguar a través de un diario está bastante
interesante, siempre me gustó eso de ir encontrando las pistas de a poco,
peeeeeero... las razones son muy idiotas, da la sensación de que a la autora no
se le ocurrían razones para que esos diez personajes estuvieran en la isla y se
puso a tirar bobadas, razones insignificantes. Ya sé que lo que para mí es una
nimiedad para otra persona puede ser el mundo, pero en este caso, en esta
novela de asesinatos en serie, planeados y estructurados, era necesario algo
mucho más grande y contundente, razones que te hagan apoyar al asesino. No
quiero nombrar las causas para no hacer spoiler, pero son del estilo de:
«quiero que muera porque por su culpa me saqué una mala calificación», «quiero
que muera porque no le gusto».
Los
personajes son lo más cliché del mundo.
La
protagonista, Meg, es una chica tímida, pero que siempre tiene algo ingenioso
que decir aunque no se anima. Es una escritora solitaria que prefiere estar con
su computadora antes que socializar, pero por supuesto cuando se pone a hacerlo
es el alma de la fiesta. Cuando comienzan los asesinatos, es quien parece la
más razonable. T.J es el chico al que siempre amó, aunque lo conoce desde la
secundaria y es el perrito faldero de Minnie, siempre hace todo por ella y deja
que la maneje con la compasión.
Minnie
es la amiga perra. Es una chica fácil que le encanta salir de fiesta, aunque
tiene problemas de bipolaridad, tratado en el libro como un ataque de capricho
a cada rato; a ver, si quieres poner en tu historia alguna enfermedad, entonces
desarróllala bien, de hecho la enfermedad de Minnie pudo aportar más a la
historia, pero sólo significó que ella manipulara a Meg y todos estén enojados
porque no encontraba sus pastillas para la ansiedad. Siempre intenta ser la
divertida aunque obviamente no le sale. Es insoportable, pulula alrededor de T.J
para que este la note, hasta se puso de
novia con Gunner para estar más cerca de él, ya que Gunner y T.J son mejores
amigos. En realidad es una mandona, quiere que todos los demás hagan lo que
desea y cree que tiene a Meg debajo del brazo, a quien trata bastante mal a
pesar de que siempre se preocupa por ella. Cuando comienzan los asesinatos se
encierra en su habitación a dormir o se la pasa indiferente, lo que más le
preocupa es que Meg está cerca de T.J.
T.J
es el futbolista, moreno, alto, de sonrisa encantadora que derrite a
cualquiera, con los músculos a punto de explotarle las venas, pero de buen
corazón. Es amable con todos y sólo se enoja con Meg cuando ella le hace de
perrito faldero a Minnie, pues esto le parece una injusticia. Todo lo hace
bien, a pesar de estar en una situación comprometedora, sale ileso porque siempre
toma la decisión correcta. Es a quien los demás toman como líder en esta
situación horrenda. A pesar de que comienzan los asesinatos, se encuentra
bastante indiferente y calmado hasta el final, como si fuera algo de todos los
días.
Ben
es el chico buena onda. Se lleva bien con todos, casi no se enoja y siempre
intenta hacer reír a los demás. Está todo el libro detrás de Minnie, como si
ésta fuese un farol y él una polilla. No se despega de ella por un minuto. Lo
único que sabemos de él es que sale con la anfitriona de la fiesta, Jessica
(creo). Cuando los asesinatos empiezan, él también se encierra en su habitación
y no ayuda a los demás a resolver nada.
Gunner
es el amigo medio tonto. Es el amigo que nunca está con su amigo y no se
preocupa por su amigo. Su novia, Kumiko, siempre lo rezonga por todo y él va
detrás de ella pidiendo que se tranquilice. Se desespera pocas veces y lo único
que hace es ir detrás de Kumiko. Parece que quiere hacer cosas pero al final no
las hace, como si le diera pereza o algo.
Kumiko
es la chica asiática malhumorada y con sentido común. Desde el principio está
lanzándole miradas a Minnie por haber sido la novia de Gunner antes, a pesar de
que Minnie nunca lo quiso y ni siquiera se inmuta por la presencia de él.
Kumiko es la chica que dice lo que ya todos saben, que se enoja enseguida y que
es pesimista. Es la única que cree, durante todo el libro, que el asesino es
uno de ellos diez.
Nathan
es el chico machista, racista, discriminador de por sí. Es el que trata mal a
todos los demás por ser quienes son, sin importarle el daño que pueda causar.
Es un niño mimado y adinerado que se cree el centro del universo. Es uno de los
que se pone más histéricos con respectos a los asesinatos, pese a que antes se
hacía el valiente. Quiere que los demás hagan todo y se queja de todos también.
Kenny
es mejor amigo de Nathan, el grandote torpe. Es el amigo que siempre está por
detrás del malvado, como Crabbe y Goyle detrás de Malfoy. Es otro de los que
deciden tomar cartas en el asunto enseguida, a pesar de que no sabe por dónde
empezar y se encuentra bastante enojado y dolido por la primera muerte.
Vivian
es la sabelotodo. No sólo porque sabe muchas cosas, es parte del club de debate
del instituto y siempre está denigrando a los demás por saber menos y
corrigiéndolos para sentirse importante. Ella es la que quiere mandar, tanto en
su vida como en la isla. Se pone muy histérica cuando los asesinatos comienzan,
pero en vez de hacer algo, manda a los demás.
Lori
es una chica a la que siento que no conocí mucho. Es un poco callada. Se lanza
miradas con Kenny como si los demás no se dieran cuenta que se gustan. Es la
chica de las piernas largas que canta del grupo.
El
libro no está mal, pero no hay que tomarlo como una súper novela de suspenso,
sino más bien como algo para entretenerte un rato. Los personajes son bastante
indiferentes respecto a las situaciones, están matándolos pero ellos prefieren
pelearse por idioteces y encerrarse en sus habitaciones, los únicos que más o
menos toman cartas en el asunto son Meg y T.J. Lo mejor es no entrar con ningún
tipo de expectativas en el libro, leerlo simplemente como algo para pasar el
rato, con unos personajes nada desarrollados y mucho drama adolescente.
Ah,
por cierto, el final me pareció muuuuuuuuuuy conveniente.
¡Nos
leemos!
Valentine.
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