Reseña:
“Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y
el ropero” de C. S. Lewis.
Datos:
Título original: “The
lion, the witch and the wardrobe”.
Año de publicación: 1950
Saga: Las
crónicas de Narnia #2
Siguiente libro: El caballo y el muchacho
Libro anterior: El sobrino del mago
Puntuación en Goodreads: cinco
estrellas.
Reseña número: #93.
Es
el segundo libro en el orden cronológico de la saga, pero el primero
en publicarse.
Esta
es mi relectura de Las crónicas de
Narnia. Las fotos las escaneé yo del libro.
Reseña:
Cuatro
hermanos, Lucy, Peter, Susan y Edmund, viajan hacia la casa de un extravagante
profesor para escapar de los bombardeos de la guerra. En la casa hay muchísimas
habitaciones, y una de ellas contiene un armario que luce como cualquier otro.
Sin embargo, llevada por la curiosidad, Lucy se mete en él y descubre que en su
interior no hay sólo abrigos, sino una tierra desconocida llamada Narnia, en la
que gobierna una bruja malvada y donde siempre es invierno, pero nunca Navidad.
Opinión:
La
trama es bastante concisa, incluso al principio. Las cosas que suceden son
necesarias para la historia, pero también para la formación de los personajes,
por ejemplo, cuando Edmund entra en Narnia y luego finge no haberlo hecho, con
lo que nos demuestra su carácter mentiroso. Hay muchos momentos en los que se
da información sobre Narnia, sobre la manera en la que funciona o cómo son los
que habitan allí, pero aquí hay que tener en cuenta que este era el primer
libro publicado de la saga. El único momento que, como dije, se me hizo un poco
pesado (pero lo digo de inconforme) es desde que viajan de la casa de los
castores hasta la Mesa de Piedra, que se intercala con el viaje que emprenden
la Bruja Blanca, el Enano y Edmund, con lo que todo el tiempo están viajando.
Sin embargo, las últimas escenas están cargadas de emotividad y muchas
enseñanzas para los protagonistas.
En la reseña anterior ya dije que
me gusta mucho la escritura de Lewis, y aquí lo repito. Es una escritura que te
envuelve, que te explica las cosas necesarias para entender el mundo y lo que
sucede, pero siempre desde un punto muy dinámico y nada denso. Me encanta y amo
que el narrador se comunique con los lectores, le da un toque mucho más
personal.
El mundo de Narnia de El sobrino
del mago apenas nacía y, aunque estaba muy bien estructurado, le faltaban
muchas cosas, como arboles o las casas de los propios narnianos, así como el
Castillo Cair Paravel, que sí se encuentran en El león, la bruja y el ropero;
de esta forma vemos como Narnia creció y se desarrolló, al igual que las
costumbres de sus habitantes. En lo personal, a mí me gusta mucho la Narnia
invernal, es ideal para leerlo en esta época del año.
Como
todo en el libro, ver a los personajes, transmiten mucha nostalgia y podemos
revisar y repasar todo aquello que los caracterizaba al principio y lo que los
caracteriza al final.
Lucy es maravillosa. Siempre fue mi favorita y creo que es la favorita de muchos, pero es que es imposible no encariñarse con ella. Lucy representa todo lo que me gusta: es muy valiente (ella misma lo dice), muy decidida, leal (con sus hermanos y con sus amigos, como el señor Tumnus), obediente (a lo que dicen sus mayores, como Aslan) y dispuesta a aprender, y, lo más importante, tiene mucha confianza en sí misma y nunca se echa para atrás cuando sus hermanos no le creen sobre Narnia, aunque, y esto es lo mejor, tampoco siente rencor (ni siquiera hacia Edmund) por esto mismo.
Edmund
me encanta. Es raro, lo sé. Todo el mundo odia a Edmund. Pero creo que, a pesar
de todo lo malo que hace, se arrepiente y se siente verdaderamente mal después.
No es necesaria la charla misteriosa que tuvo con Aslan para notar el cambio en
su forma de actuar y ser con sus hermanos y todos los narnianos. Edmund después
se convierte en un gran rey, por algo lo llaman El Justo, y creo que por esto mismo hay que destacarlo: porque me
resulta mucho más interesante y placentero ver como alguien crece, siendo odioso al principio y
muy grande al final.
Peter era mi crush cuando era más chica, principalmente por las películas, pero, aunque se nota todo el amor que siente por sus hermanos y que será un rey estupendo, a mí me rechina un poco su perfección, por eso mismo prefiero a Edmund, porque parece que Peter lo hace todo bien. Sin embargo, lo sigo apreciando muchísimo.
Susan
realmente nunca me gustó. Entiendo que es parte de los cuatro y que por eso es
importante, pero no creo que aporte nada a la historia, porque nunca la veo
haciendo algo que dijeras “si ella no estuviera nadie más podría hacerlo o
decirlo” como sí me sucede con otros personajes.
Aslan
es el mismo siempre, es cierto. Pero me gusta mucho el personaje, todo el
misterio que lo envuelve y todo el amor que lo envuelve, todo el amor hacia
Narnia y sus habitantes, y a los niños también, a pesar de que nunca deja de
mostrar su lado más severo o dominante cuando es necesario. En una de las
ocasiones en las que me parece necesario, aunque también un poco brusco, es
cuando Lucy se queda esperando que Edmund se recupere en lugar de asistir a
otros narnianos que se encuentran heridos; en ese momento, Aslan le dice algo
como “¿es necesario que más mueran por culpa de Edmund?” y quizá es un
comentario sin más, pero me choca mucho, porque, si realmente fue perdonado, el
comentario no debería estar allí.
La Bruja
Blanca también me encanta, más que nada ahora que recordé que es descendiente
de Lilith, madre de los demonios. Me encanta porque es malvada de verdad y me
causaba mucha gracia cada vez que se enojaba con todos los incompetentes que la
rodean, porque yo también me enojaría bastante. Cada vez que mencionaban sus
ropas no podía evitar recordar a Tilda (la amo), quien la representa en la película,
ni cuando veía las ilustraciones y veía su pelo lacio en lugar de los
extravagantes peinados de la actriz.
Tumnus también me encanta. Es todo un símbolo para
Narnia y, por la película es que
conocí a James McCavoy, quien después se convertiría en unos de mis actores
favoritos. Uno no puede pensar en El
león, la bruja y el ropero y no pensar en Tumnus y su paraguas y la bufanda
roja (aunque esta última es de la película). Desde el principio uno se encariña
con el fauno que quiere salvar Narnia, pero que no puede evitar sentirse fatal
por tener que engañar a esa niña que lo trató con tanta cordialidad, quien se
vuelve una de sus mejores amigas.
No
es mi libro favorito de Las Crónicas de
Narnia, pero sí uno que conlleva una gran carga emocional y que se ha
vuelto un símbolo.
Valentine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario