jueves, 16 de febrero de 2017

Reseña: Harry Potter y la cámara secreta

Reseña:

“Harry Potter y la cámara de los secretos” de J.K Rowling.

Datos:
Título original: "Harry Potter and the Chamber of Secrets".
Año de publicación: 1998.
Saga: Harry Potter #2.
Libro anterior: La piedra filosofal
Siguiente libro: El prisionero de Azkaban

REELECTURA DE HARRY POTTER.

Reseña: Después de su maravilloso y caótico año en Hogwarts, Harry debe volver a casa de sus tíos para las vacaciones de verano. Allí es ignorado y temido, ya que los Dursley no saben que no puede hacer magia fuera de Hogwarts. Un día, los Mason, (quienes tío Vernon quiere que sean sus socios) visitan su casa, pero no conocen a Harry pues este debe estar encerrado y en silencio en su habitación como si no existiera. Pero las cosas no salen bien, un elfo domestico llamado Dobby decide justo ese día visitar a Harry para advertirle de los peligros que este año habrá en Hogwarts y que por lo tanto él no debe volver. Como Harry se niega a prometerle a Dobby que no asistirá a su escuela, este baja hasta la cocina y arroja el postre de tía Petunia por el comedor, alertando a los Mason y los Dursley, tras lo que desaparece y Harry es culpado del fracaso de la asociación a la que Vernon aspiraba.
El verano de Harry va de mal en peor, ponen barrotes en su ventana, ya no lo temen porque saben que no puede usar magia, y le dan poco y nada de comida por una abertura en la puerta. Para su suerte, Fred, George y Ron deciden rescatarlo en el auto encantado de su padre una noche, y todos zarpan rumbo a La Madriguera, hogar de los Weasley. Harry pasa allí el mejor verano de su vida.
Pronto, todos deben acudir a Hogwarts, incluyendo a la hermana menor de los Weasley, Ginny, quien está perdidamente enamorada de Harry. Todo indica que será un año tranquilo, hasta que Ron, Hermione y Harry encuentran a la gata de Filch, el celador, petrificada en el segundo piso y sobre ellas se lee en escarlata: “La cámara de los secretos ha sido abierta. Teman, enemigos del heredero”. Los ataques no finalizan allí y nuestro trío deberá buscar la solución, encontrar al heredero de Slytherin, averiguar dónde se ubica la cámara y qué terrible monstruo hay adentro; mediante pociones de multijugos, visitas a terribles arañas, y la pérdida de uno de sus miembros.



Opinión personal:

Este libro no me encantó tanto como el otro. “La piedra filosofal” me llenó de nostalgia y emoción, pero este no tanto. En cambio, lo leí mucho más rápido.

“La cámara de los secretos” tiene la trama más interesante, para mí, de los libros de Harry Potter. Aparecen petrificados, hay que averiguar cómo, quién lo hace, quién es el heredero, dónde está la cámara, qué hay adentro, cómo derrotarlo. Más que en ningún otro libro hay un misterio real que resolver, y su resolución debería ser más épica. Recuerdo la escena final dentro de la cámara en las películas como algo glorioso y épico, de cómo pudo Harry junto a Fawkes, el sombrero seleccionador y la espada de Gryffindor, derrotan a Tom Riddle y su basilisco. En el libro pasa en dos páginas como mucho. De hecho la “verdadera” acción transcurre en dos carillas. Es como: sale el basilisco, Harry corre un poquito, Fakwes lo ataca, Harry se pone el sombrero, saca la espada del sombrero, mata al basilisco, se clava el colmillo, delira un poco y Fawkes llora sobre la herida, agarra al colmillo y apuñala el diario, Tom se desvanece. Todo eso pasa en dos carillas. Es bastante molesto que la autora ponga más empeño en hablar de los exámenes que en la acción del libro.
Sin embargo no siento que el libro tenga relleno, la mayoría del tiempo se nos dan muchas pistas sobre el final y el heredero, principalmente mediante el terror de Ginny. No tuvo tantos guiños sobre personajes o situaciones como los tuvo el libro anterior, pero sí que el señor Weasley menciona a Mundungus Fletcher. También sucede cuando Ron cumple su castigo al principio del libro, donde debe limpiar todos los trofeos de la Sala de Trofeos, y cuenta que vomitó sobre uno que tuvo que limpiar muchas veces, que resulta ser el trofeo a Tom Riddle por Servicios especiales al colegio, donde nos dan un dato más de Tom cuando no lo conocíamos.
Una cosa que me da gracia es cuando Dumbledore dice que los profesores que enseñan Defensa contra las artes oscuras no duran. Ya que en cada libro de Harry Potter tenemos un profesor diferente: Quirrell, Lockhart, Lupin, Mudi, Umbridge, Snape, y  Amycus Carrow.
Conocemos un poco más sobre Hogwarts, sobre sus pasillos, sus fantasmas, otras salas, y sus alrededores.

Sobre la escritura, creo que la autora mientras escriba más libros mejor será su estilo, como pasa con la mayoría. Me gustan especialmente las descripciones, porque son concisas y acertadas y no se van por las ramas. El ritmo sigue siendo rápido, pero no tanto como en el primer libro.

Empecemos con los personajes.


Sentí que en este libro Harry muestra un poco más de emociones hacia otras personas, que no sentí antes y espero que mejore. Tal es el caso de encontrar a Ginny o cuando libera a Dobby; pero es precisamente con Dobby con quien se mostró en este libro indiferente y frío, siempre que el elfo se golpeaba, Harry no lo impedía, más bien lo miraba hacerlo y ya, a menos que este hiciera mucho ruido y Harry sufriera las consecuencias de ello, por lo que se ve que él solo piensa en sí mismo muchas veces. Hay que destacar la valentía de Harry por sobre todas sus virtudes, muchas personas dudarían de hacer la mitad de las cosas que él se anima hacer, a veces es solo por curiosidad, a veces porque debe salvar a alguien, entre otras cosas; y es muy ingenioso. En las películas destacan mucho más la bondad de la que se habla en el libro pero que no es demostrada, en las películas sí es demostrada. Me gustó que el partido de Quidditch sea esta vez desde su punto de vista y que en determinado momento dentro de la cámara, grite “Socorro”, que es lo que haría una persona normal y que Harry nunca había hecho, le saca un poco eso de «héroe a que nada teme» que lo caracteriza en ocasiones.



Ron se destaca mucho más en este libro con respecto al anterior, tiene muchas ideas buenas y de hecho es muy valiente, bondadoso. Comenzaré a shippear y diré que me parece una tontería que las personas esperasen que Harry y Hermione terminaran juntos, porque no hay ningún tipo de tendencia por su parte que lo indicara, mientras que es más notable entre Ron y Hermione, como en la escena donde la llaman a ella Sangre Sucia y el pelirrojo usa su inútil y arruinada varita para castigar a Malfoy. ¿No es hermoso? Bueno, en el libro lo conocemos un poco más, como su miedo a las arañas, a su familia, dónde vive. Espero que Ron destaque más en los libros venideros. Supongo que es de los personajes más desafortunados, a Hermione casi nunca le pasa nada, a Harry le pasa todo lo bueno, y a él todo lo malo.

Hermione es la que más me gusta de los tres, me da gracia como pasé de odiarla a esto. Es sin duda la cabeza del trío, averigua todo antes que los demás sobre el monstruo que alberga la cámara secreta, y es muy valiente también, vemos su cara rebelde, ya que es ella quien quiere hacer la poción multijugos para hablar con Draco, y así averiguar la verdad; no sé si en las películas es ella también, en éstas se muestra a una Hermione que no rompería ninguna regla porque ella quiere, sino porque sus dos amigos lo quieren, pero en el libro no pasa así. Conocemos a sus padres en este libro, aunque no por mucho tiempo, pero es bueno que Hermione no sea una niña que tiene padres pero a los que nunca se los ve, como pasa muchas veces. En, fin, me encanta.

No vemos mucho a los Dursley, solo en unas pocas páginas, pero se nos presenta una nueva familia: los Weasley. Harry pasa cerca de un mes con ellos y al igual que él, pienso que es una familia maravillosa, ambos padres son amorosos y solo quieren lo mejor para sus hijos. Molly es más bien sobreprotectora y se escandaliza fácil, pero es muy dulce; me encanta Arthur porque me parece muy gracioso, con este afán que tiene por las cosas muggles, aunque se nota que es muy decidido y no dejará que nadie se meta con sus hijos, además de que no siente que un mago de sangre limpia sea una deshonra por hablar con muggles como piensa Lucius Malfoy, por ejemplo. Conocemos más a Ginny, aparece en unos pocos vistazos, donde tenemos a una niña más bien tímida que no quiere hablar frente a Harry, no podemos ver mucho su parte alegre porque pasa horrorizada por el diario de Riddle; a Percy ya lo conocíamos del libro anterior, pero tenemos una vista de él fuera de la escuela, en su casa, aunque sigue comportándose como un prefecto allí. Me da mucha lástima que tengan que comprar todos los libros de Lockhart en vano y que por esto gasten el último de sus precarios ahorros.


Hagrid me da mucha lástima, no aparece tanto, y cuando lo hace es para alegrarle el día a Harry, Ron y Hermione o para salvar al primero. Me da lástima porque, a pesar de que ya se sabe que no fue él quien abrió la cámara de los secretos hace cincuenta años, que fue acusado injustamente, que arruinaron su vida ya que no pudo seguir estudiando, y rompieron su varita; nadie le pide por lo menos disculpas e intentan arreglar su varita o que se compre una nueva, entre otras cosas. Me parece que a J.K Rowling se le pasó eso, o que quiso demostrar la crueldad de las personas. El inocente al final es el que paga de todas formas. Otra cosa que me puse a pensar es que Hagrid es muy viejo. Tenía al menos trece años cuando la cámara fue abierta por primera vez y ya han pasado cincuenta años, así que más o menos debería tener sesenta y tres, nunca me había puesto a pensar en ello.

Me di cuenta que la mayoría de los personajes, más que nada cuando avanza la historia en los siete libros, son muy infelices, todos ellos, piensen en todos los personajes y verán que les pasó algo horrible, pocos son a los que no.
Hablando de eso, la escena que más me llegó al corazón es la de Filch, cuando se sabe que es un squib y no puede hacer magia, por lo que intenta tomar clases para aprender; es ahí cuando uno entiende por qué es tan amargado, imagínense pasar la mayoría de tu vida rodeado de magos (porque él es hijo de dos magos), trabajando en un lugar donde está lleno de niños con magia, y saber que tú no puedes hacerla porque naciste así. Debe ser horrible. Lo único que ata a Filch a la magia es su gata, que es evidente que algo de mágica es, nunca se afirma que ella puede ver bajo la capa de invisibilidad de Harry, pero parece que sí.

Neville no aparece mucho, así que no tengo mucho que decir de él. Me resulto gracioso que estuviera protegiéndose por el castillo en contra de los ataques contra muggles, y cuando sus compañeros le dijeron que él no era parte de una familia muggle, él contesta que es casi como si lo fuera, que es casi como un squib, porque no sabe hacer mucha magia. También él debe sentirse horrible al ver como sus compañeros avanzan mucho más rápido que él.
Acerca de Draco, vemos mucha maldad en él en este libro, si en “La piedra filosofal” su maldad constaba de acusar a Harry, Ron y Hermione, con los profesores y hacerles bromas, ahora va más allá deseando la muerte de Hermione, y enojándose cuando las cosas parecen ir bien para los tres y la escuela entera al destruir a Riddle y el diario. Conocemos a su padre también en este libro, y es obvio que un niño que crece con tanto odio a otras familias y con tanto orgullo por ser de sangre pura, resulte ser malvado.

Vemos mucho más a Fred y George, gracias a la visita de Harry a la Madriguera, y porque por lo general están cerca de ellos. Siguen siendo la mayor fuente de diversión en el libro, aunque muchas veces se los ve más serios al querer ayudar a los demás, como es el caso de rescatar a Harry de los Dursley, defender a Hermione de Draco, entre otras cosas. Sí se diferencian un poco más uno del otro, pero igual parecen una sola persona en muchas escenas. Quiero decir, que si no se nombran, no sabemos quién está hablando.

McGonagall no se ve tanto como la profesora estricta que se veía en el primer libro, es más abierta, se la ve incluso llorando, y es comprensiva y amable. Como con Hermione, no creo que ella haya cambiado, es que Harry la conoce un poco más y ve ese lado de ella que antes no tuvo oportunidad de ver.

Snape es un poco insoportable en este libro. Entiendo que ahora todos lo aman porque saben que siempre protegió a Harry, pero es evidente que quería que lo expulsaran del colegio por unas pavadas, y le hacía la vida imposible no solo a él sino a los de Gryffindor, lo que me parece un poco infantil viniendo de un profesor. Tengo la teoría de que él sabía que Harry hablaba pársel, por su rostro de satisfacción en el duelo entre Harry y Draco, ya que le dice a este último que le lance una serpiente, ¿en serio? ¿Justo una serpiente? No creo que sea casualidad, y gracias a esto todos comenzaron a temer de Harry y alejarse.

También se ve una faceta más seria y preocupada de Dumbledore, que no aparecía en el libro anterior. Ya no parece un viejito medio loco. Esto también se debe a que Harry ve otro lado de él. Ya comienzan a hacerse habituales las charlas al final de los libros entre el director y nuestro protagonista, donde Dumbledore le aclara las cosas y se muestra comprensivo.

Sobre Tom Riddle, me queda la duda si el que hablaba era el Tom de hace cincuenta años o el Voldemort de la actualidad. Me pregunto si Voldemort, donde sea que esté ahora, siente que Tom salió del diario, que abrieron la cámara, y todo lo que pasó en Hogwarts, o son eventos aislados. Se nota la maldad en Tom, se nota que nunca fue un niño que podría ser bueno, sino que siempre quiso ser un gran y terrorífico mago, y que sus planes para esto comenzaron desde temprana edad. A veces me cuesta asumir que su antepasado es realmente Slytherin, es un dato que más bien se me pasa.

No hablé aun de Lockhart porque me parece un personaje completamente estúpido, más bien está para hacernos reír por su estupidez. Para lo único que sirve es para darle el permiso que otros profesores no les darían a sus alumnos.

Los mortífagos siempre toman su oportunidad para que Voldemort vuelva, como es el caso de Lucius Malfoy, que le da el diario de Riddle a Ginny sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera ella misma. Es otra señal de que la autora pensó todo de una forma conjunta.

¡Nos leemos!


Valentine.

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