sábado, 22 de septiembre de 2018

Reseña: La travesía del Viajero del Alba


Reseña:
“Las crónicas de Narnia: la travesía del Viajero del Alba” de C. S. Lewis.
Datos:
Título original: “The Voyage of the Dawn Treader”.
Año de publicación: 1951
Saga: Las crónicas de Narnia #5
Siguiente libro: La silla de plata
Libro anterior: El príncipe Caspian
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña número: #96.

         Es el quinto libro en el orden cronológico de la saga, pero el cuarto en publicarse.
         Esta es mi relectura de Las crónicas de Narnia. Las imágenes las escaneé yo.

Reseña: Tras un nuevo año lejos de Narnia, Lucy y Edmund vuelven a ella por medio de un cuadro olvidado en la casa de su tía Alberta, pero con ellos llevan a su insufrible y nada imaginativo primo Eustance. Caspian X los espera a bordo del Viajero del Alba, al igual que Reepicheep y muchos otros narnianos, que se embarcaron para encontrar a los siete lores que Miraz envió al mar para que desaparecieran y no interfirieran en sus planes. Sin embargo, muchas paradas deberán hacer y muchas aventuras correrán en el camino que los llevará directo al Fin del Mundo y, quizá, al país de Aslan.

Opinión.
         La primera vez que leí La travesía del Viajero del Alba me encantó. Ahora no fue diferente, pero sí es cierto que tenía tantas ganas de llegar al final, porque es la parte más emocionante, que quería que el resto pase un poco más deprisa. Conclusión: me boicotee la propia lectura. Me encanta igual, pero pensé que me iba a encantar mucho más.

         La trama del libro pasa sin que uno se dé cuenta. Desde los primeros capítulos Capian nos dice que quiere buscar los lores. Muchas veces nos detenemos en el camino a lo desconocido y el Fin del Mundo, y podríamos pensar que eso sólo está retrasando la verdadera misión, pero no es así. A medida que avanzamos, nos vamos encontrando con muchos personajes y muchas historias que llevan adelante a la trama y, cuando queremos acordar, ya tenemos la información que necesitamos y lo único que nos queda es seguir embarcados hasta el final. La trama no pierde su hilo central a pesar de todas las veces que los narnianos se detienen.

         En cada libro de Narnia vamos ampliando el mundo. En El sobrino del mago, conocemos el origen de Narnia; en El león, la bruja y el ropero, conocemos a una Narnia más desarrollada y presa de un invierno eterno; en El caballo y el muchacho, nos ubicamos en Carlomen y Archenland; en El Prince Caspian, volvemos a Narnia, pero es una Narnia avanzada un milenio que es muy diferente a las Narnias anteriores; y en este libro, conocemos las famosas Islas Solitarias y muchas islas más que ni siquiera estaban en el mapa. A modo de adelanto, diré que, en La silla de plata, conocemos las Tierras salvajes del Norte, el país de los gigantes, y el Mundo Inferior, así como los pantanos y marismas. El mundo de C. S. Lewis se va ampliando y ampliando. Poniendo atención al orden de lectura y al orden de publicación, me di cuenta de que Lewis muchísimas veces nombra los nuevos países o lugares en libros anteriores (en orden de publicación más que en orden cronológico) a los libros donde, en efecto, se ubican las historias; por ejemplo, ya en La silla de plata o La travesía del Viajero del Alba se habla de Corin y Cor de El caballo y el muchacho; a pesar de que en orden cronológico este libro esta primero que los dos nombrados, en orden de publicación está después. Es un dato interesante saber que Lewis ya tenía todo planeado con antelación.

         Como siempre, el estilo y la escritura de Lewis me fascinan. El narrador está inmerso en la historia y ¡cuanta fue mi alegría! cuando leí:

“ – Nos partió el corazón.
- ¿Por qué? – pregunté yo - ¿Tan triste era?
- ¡¡Triste!! No – intervino Lucy”.

Ese yo es el del narrador. Nunca se nos rebela quién es, pero sabemos que es un inglés, porque él mismo lo dice, y da opiniones sobre cosas de niños como “en mi época en la escuela hacíamos tal cosa” o “al menos cuando yo era niño se decía de esta forma” y me encanta.

         Lucy, en este libro, es, como siempre, radiante y maravillosa. Sin embargo, sí pude notar cierta madurez con respecto al primer libro en el que aparece, El león, la bruja y el ropero, porque, en nuestro mundo, han pasado dos años y Lucy ha aprendido mucho sobre Narnia en ese tiempo. En especial, me gustaría comentar que toda la trama que envuelve a Lucy en la película me gusta más que en el libro; en este último, hay un hechizo que te hace ver bonita y Lucy se ve a ella misma, pero “más bonita” y piensa que ahora Susan no será la más guapa de la familia. Bien, está bien, pero no va más allá de eso. Sin embargo, en la película Lucy está entrando en la edad de las inseguridades y al verse “más bonita” en realidad ve a Susan, porque, en el fondo, considera que su hermana es más bonita que ella y querría ser cómo Susan. Me gusta más porque le da otra profundidad al personaje y a la relación con su hermana, que el libro descarta porque, en realidad, se centra más en las aventuras.

         Edmund es siempre el sarcástico, pero, al mismo tiempo, soñador Edmund que me llena el alma. Me encanta ver al personaje crecer y crecer desde aquel niño que odiaba a todo el mundo, al rey justo y comprensivo, pero sin olvidar nunca su humor mordaz. Con Ed pasa algo parecido que con Lucy; en el libro, discute con Caspian porque, ahora que no está Peter, sigue habiendo alguien “por encima” de Edmund, lo que conllevaría cierta envidia a la posición de Peter así como Lucy siente cierta envidia hacia la belleza de Susan; en el libro esa discusión se abandona rápido y no se vuelve a mencionar, pero en la película tiene mucho más peso y no es fruto de un hechizo simplemente, sino una verdad que Edmund siente. Me gusta que estas inseguridades y dilemas estén porque, como dije, aporta profundidad y no sólo una aventura con los mismos personajes de siempre. Nunca se dicen las edades exactas de los niños, pero suponemos (principalmente por las películas) que, tanto Ed como Lucy, están entrando en la adolescencia, y es normal que dudas así surjan; no creo que sea malo que ellos sientan estas cosas porque, como dije, es normal y porque ninguno de los dos dejaría de querer y apoyar a sus hermanos por eso y porque, en la película, logran superarlo.

         Caspian toma un papel mucho más protagónico que en El príncipe Caspian, del cual me quejé que quedara en un costado mientras los demás se lucían. Es un verdadero líder, que se preocupa de reinar de forma justa y que, a pesar del cariño por su tripulación, no duda en alzar la voz para poner orden. Es un gran ejemplo lo ocurrido con el mercado de esclavos en Las islas solitarias. El dilema que hay en torno al Fin del Mundo, con él queriendo ir y el resto diciéndole que no puede porque tiene una obligación para con Narnia y sus habitantes, me parece muy acertado y me gusta, porque demuestran a un Caspian más humano, que se debate entre el querer y el deber, lo que forma a un personaje más redondo.

     Eustance es insoportable al inicio, por supuesto, pero, después de su pequeña aventura, comienza a comprender lo ciego y tonto que estaba siendo, y lo mucho que se había perdido. Es un personaje que termina gustando mucho y con el cual me encariñé; al parecer me gustan los personajes que comienzan siendo “malos” y que se redimen después (me refiero a Edmund, claro). Volviendo con el tema de la película, me gustaría que, como en esta, la aventura de Eustance dure más, en el libro es unas pocas páginas y en la película la mayoría de la aventura, lo que aporta más.
  

         Reepicheep es muy admirable en ocasiones y muy insoportables en otras, y hasta sus compañeros se lo dicen. Lo bueno es que, gracias a él, logramos tener varias aventuras nuevas y muchos diálogos sobre el honor y cosas de caballeros narnianos. Me gusta que se mantenga fiel a sí mismo y que, a pesar de que los demás no puedan llegar al Fin del Mundo, o a donde sea, Reepicheep continúe adelante porque es su sueño.

         La tripulación del Viajero del Alba es extraña. Lo digo porque, la mayor parte del libro, se nos habla de una tripulación valiente, comprensible, muy honrada, entre otras cosas. Es decir, una tripulación ideal para la misión. Sin embargo, cuando las cosas se caldean y el Fin del Mundo se acerca, se nos rebela que hay muchos miedosos, poco honrados hombres que se burlan del resto y el lector ya no sabe cómo son en realidad.

         En fin, el libro me gusta mucho y sus personajes me fascinan, sobre todo porque ya estoy familiarizado con ellos y es lindo volverlos a ver.
Valentine.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Reseña: El príncipe Caspian


Reseña:
“Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian” de C. S. Lewis.
Datos:
Título original: “Prince Caspian”.
Año de publicación: 1951
Saga: Las crónicas de Narnia #4
Libro anterior: El caballo y el muchacho
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña número: #95.

         Es el cuarto libro en el orden cronológico de la saga, pero el tercero en publicarse.
         Esta es mi relectura de Las crónicas de Narnia. Las imágenes las escaneé yo.

Reseña: Después de un año, los hermanos Pevensie son llamados a Narnia para ayudar al príncipe heredero, Caspian X, a tomar su lugar como rey. Pero el tiempo en Narnia es mucho mayor que un año, y los reyes, al igual que las criaturas mágicas y el propio Aslan, han pasado a ser leyenda y ni siquiera muchos narnianos creen que sean reales, a pesar de que pueden ser la única ayuda contra las tropas del rey usurpador, Miraz.

Opinión.
         La primera vez que leí el libro lo odié, porque se me hizo eterno, a pesar de que es muy corto, y, como yo tenía en la cabeza muy fresca la película (y en ese momento era mi película favorita de las tres), que todo sea bastante diferente no me hacía muy feliz. Esta vez no me disgustó y lo leí en mucho menos tiempo que en ese momento, pero sí es verdad que la mayor parte del tiempo es un libro aburrido. Por otro lado, ahora sé que para disfrutar del libro no debo tener la película en mente.

          Estaba estudiando para una materia que se llama Literatura Medieval y de la Modernidad Temprana y encontré un pasaje en uno de esos libros que hablaba sobre un tío usurpador de Verona (muy parecido al nombre Beruna de Narnia) contra el cual el verdadero rey, es decir, su sobrino, debía luchar para recuperar su reino con ayuda de los hijos de un rey amigo. Es cuando me di cuenta de que Lewis realmente está influenciado por el cantar de gesta, la épica armenia, entre otras cosas. 

        Me pareció aburrido porque, a pesar de que al principio empieza con una gran incógnita, al volver los cuatro Pevensie y encontrar una Narnia completamente diferente, y, aunque a continuación se cuenta una historia bastante interesante de cómo Caspian huye de Miraz y se une a los narnianos, gran parte del libro es el viaje que hacen los cuatro hermanos y el enano para llegar hasta Caspian. Un viaje bastante aburrido en el que no pasa mucho. Yo hubiese centrado todo el libro en Caspian y sus intentos de lucha contra Miraz, mientras los Pevensie intentaban llegar, pero no es lo que sucede y la figura de Caspian queda relegada (a pesar de que el título del libro sea su nombre). El final tampoco es muy bueno, porque, a pesar de que esperamos un gran encuentro entre Caspian y los Pevensie, este no se da (en la película es más épico). En general, si uno tiene en cuenta la película, sobre todo las batallas, es muchísimo más épico.

         El mundo de Narnia es completamente diferente y me da lástima que todo su esplendor haya quedado relegado, porque era un mundo muy bonito. Ahora hay nuevas construcciones humanas y mucho bosque, así como lugares salvajes. Pero, sobre todo, me da lástima que muchísimas criaturas parlantes ya no lo sean, y que el número de narnianos se haya reducido considerablemente, primero por la conquista de Caspian I y a lo largo de los mandatos de los Caspians y, por otro lado, por esta guerra contra Miraz.

        Sobre la escritura: me sigue encantando, pero creo que esta vez Lewis se centró en muchas cosas que no valían la pena en lugar de darle prioridad a otras más interesantes, que es lo que siempre destaqué de su escritura y su estilo: que te narraba lo interesante y no se andaba con detalles vacíos.

         Lucy se encuentra con muchas pruebas en el camino, principalmente porque debe convencer a todo el grupo que la acompaña, de que Aslan está con ellos. Por supuesto, no es una tarea sencilla y eso lleva a la niña a una constante amargura porque no sabe qué hacer o porque se encuentra con que, una vez más, nadie la escucha, precisamente porque es la menor. Sin embargo, creo que Lucy se ha hecho mucho más sabia y valiente, y que es una voz importante para los lectores, pero también para los personajes.

         Peter realmente se luce en este libro. En El león, la bruja y el ropero, lo vemos tomar el mando porque es el mayor, pero ahora lo vemos ser realmente el Monarca Supremo, dando órdenes y comportándose como tal, siendo siempre bondadoso, gentil y responsable. Sin duda, es un gran espectáculo y te das cuenta de que está hecho para ser el gran rey. Además, trata a todos con cariño, principalmente a sus hermanos, y siempre tiene en cuenta sus opiniones y consejos, lo que lo hace aún más especial.

         Edmund es un personaje que me encanta. Al principio lo vimos ser un traidor, un egoísta y un mentiroso, en El caballo y el muchacho, vemos como toma las riendas de las situaciones, guiando a todos aquellos que están bajo su mando y ofreciendo ayuda a quien la necesite, siempre desde un lugar justo. Y en este libro, lo vemos siendo todo esto último, pero, además, es muy gracioso, soltando siempre comentarios sarcásticos o en plan “vaya, si no nos decías, no nos hubiésemos dado cuenta”; mientras todos sus hermanos son muy dulces con el resto (a veces demasiado), Ed no tiene miedo a alzar la ceja para mirar a alguno que se está pasando de listo o que lo único que dice son bobadas. Creo que es un gran acierto llevar al personaje por allí y les da muchísima frescura a los diálogos. Además, es extremadamente dulce cuando apoya a Lucy en momentos en que los demás no y creyendo en Aslan aún cuando no puede verlo o escucharlo, mientras que el resto se niega a siquiera tenerlo en cuenta.

         Susan es demasiado insoportable en este libro y yo estoy contenta de no verla más. Incluso otros personajes ven como se están comportando. Discute todo el tiempo con todos, pone en duda la palabra de Lucy por simple comodidad y está todo el libro refunfuñando y quejándose por las situaciones en la que se encuentran. En El príncipe Caspian la vi ser más una niña mimada que una reina.

        A Aslan se lo ve muy triste en este libro, supongo que es, principalmente, porque ya nadie cree en él, excepto Lucy, puesto que muy pocos narnianos creen que alguna vez existió o que, en caso de hacerlo, vaya a ayudarlos. Por supuesto, sin ser por eso, es el mismo Aslan de siempre: pidiendo saltos de fe y ayudando, guiando y brindando lecciones a quien lo necesite. 

         Caspian queda completamente relegado en el libro. Aun poniéndole atención a su personaje, no siento que lo conozca o lo pueda describir bien, porque no vi nada en concreto. Sí, es bastante amable y no ha perdido nunca la fe en las viejas historias sobre reyes y leones, y todas las criaturas que habitaban Narnia, y sí, es bastante justo queriendo restaurar las tierras a aquellos a quienes les pertenecen, luchando no sólo por su trono, sino por los narnianos y su libertad. Puedo decir todo eso de Caspian, pero no mucho más y me parece una lástima.

         Trumpkin, Nikabrik, Buscatrufas, Reepicheep son personajes nuevos y que tienen bastante peso en algunos momentos de la historia, sin embargo, como Caspian, siento que quedan relegados, principalmente los últimos tres. Por suerte, a Reepicheep lo volveremos a ver.

         En fin, no es un libro que me guste por una parte pero que sí me gusta por otra. Es decir, no me gusta que no se centre en Caspian y desarrolle a otros personajes, pero sí me gusta que desarrolle más a los que conocíamos.

Valentine

martes, 4 de septiembre de 2018

Reseña: El caballo y el muchacho


Reseña:
“Las crónicas de Narnia: el caballo y el muchacho” de C. S. Lewis.

Datos:
Título original: “The horse and his boy”.
Año de publicación: 1954
Saga: Las crónicas de Narnia #3
Siguiente libro: El caballo y el muchacho
Puntuación en Goodreads: cuatro estrellas y media.
Reseña número: #94.

         Es el tercer libro en el orden cronológico de la saga, pero el quinto en publicarse.
         Esta es mi relectura de Las crónicas de Narnia. Las imágenes las escaneé yo.

Reseña: Shasta siempre ha vivido con un viejo pescador que lo rescató del río, más cuando se entera que este lo venderá a un tarkaan de Carlomen, huye con el caballo de este, Bree, quien desea volver a Narnia, pues ahí pertenece. En el camino se encuentran con Aravis, una chica que huye de un matrimonio no deseado, y a Hwin, una yegua también perteneciente de Narnia. Los cuatro emprenden un largo viaje a través de la capital de Carlomen, el desierto y las montañas de Archenland, pues deben avisar que los carlomenos piensan hacerse con ambos países.

Opinión.
         La primera vez que leí el libro, me aburrió bastante, ya que toda escena en desiertos me aburre hasta la muerte, pero también me resultó muy curioso, debido a que es bastante diferente al resto de los libros de Narnia. Esta vez me gustó mucho más, las escenas en los desiertos no se me hicieron tan largas y las demás las disfruté un montón. Es cierto que los personajes y la historia no son de mis favoritas, pero sí es un libro muy entretenido y que, sobre todo, le aporta mucha diversidad a Las Crónicas.

Sobre la trama, al principio parece sencilla: el viaje de un niño y un caballo hasta Narnia; pero, a medida que la historia avanza, se agregan más y más cosas a la misma y al propio viaje, por lo que se hace cada vez más interesante. Creo que es algo ideal para hacer en una historia de viajes, porque de otra forma se vuelve aburrida. Es como una escalera, pero no por esto se pierde el objetivo principal de los protagonistas: llegar a Narnia. Todos los cabos que se abren en la historia, al final se cierran con total naturalidad y conllevan relaciones.

Sobre la escritura no diré mucho más de lo que ya he dicho hasta ahora (en las otras reseñas de la saga): me encanta, es muy expresiva y no se pierde en detalles inútiles, sino que explica lo suficiente para que entendamos las cosas y no nos aburramos. 

Hay un gran cambio en el escenario, ya no nos encontramos en Narnia. Nos encontramos en una tierra completamente nueva: Carlomen. Pienso que los países árabes es lo más parecido a Carlomen, o al menos a mí me hace acordar a ellos. Es un lugar muy caluroso, con poca vegetación y con unas costumbres completamente diferentes a las de Narnia: por ejemplo, aquí las mujeres se casan jóvenes y con hombres viejos, la comida y la forma de vestir, incluso las armas son diferentes. Lo que no me gustó es el tono con el cual se habla de Carlomen, se hace como si ellos fueran los malos y los narnianos (o los de Archenland) los buenos; como si los narnianos fueran civilizados y ellos no; a medida que leía se me expresaba cierto aire de superioridad (de los narnianos hacia los de Carlomen), porque unos tienen la piel clara y los otros no, porque la comida es más rica, la gente no es ruin y ambiciosa (esto lo dicen los personajes y el propio narrador, entre otras cosas); y no me gustó. Hubiese preferido que se tomara a las dos naciones como diferentes y no se hicieran juicios de valor (bastante racistas) hacia una de ellas. También daba la casualidad de que todos los personajes malos eran de Carlomen, todos eran o ambiciosos, o ruines, o asesinos o simplemente insoportables, y todos los nobles, justos y valientes eran de Narnia o Archenland. Leyendo un poco sobre Las crónicas en Wikipedia (ejem) descubrí que, de hecho, sí hay controversias con respecto a Carlomen, por ser presentado de forma despectiva y llamar a su dios, Tash, un falso dios, y, teniendo en cuenta de que Lewis era sumamente cristiano… bueno.


También me parece ya un cliché que se hagan estos escenarios al construir mundos fantásticos. Es cierto que Lewis debió ser de los primeros en hacerlo. Me refiero a construir un mundo y agregarle una zona desértica, con tales y otras costumbres que, vaya, se nota que se basan en pueblos orientales de la propia Tierra. También lo he visto en otras historias como El castillo en el cielo de Diana Wynne Jones o, hace poco, en Torre del Amanecer de Sarah J. Maas. Esos son los primeros que se me vienen a la cabeza, pero seguro hay muchos más que me paso por alto. Lo que quiero decir con todo esto es que ya me aburre leer una historia de un mundo fantástico y que tenga que tener una región como Carlomen, ¿no pueden inventarse otro tipo de lugares?

Voy a dividir mi opinión sobre los personajes en dos: por un lado, los nuevos o principales y, por otro lado, aquellos que no son principales pero que sí son conocidos y que me gustan.

Shasta es un chico muy gentil y muy amable, es cierto que pelea un poco con Aravis, pero entiendo que ella lo molesta todo el rato. Incluso aunque no es problema suyo lo que le ocurre a los narnianos o a los habitantes de Archenland, nunca duda que su deber es avisarles del peligro. Creo que eso dice bastante sobre él. Y, aunque al principio es bastante inútil y temeroso, hacia el final lo vemos superarse, crecer y hacer cosas increíbles. Particularmente no me llegó al corazón y puesto que después ni lo vemos, no le agarré cariño, pero, objetivamente, me parece un buen personaje.

Bree es bastante pesado, orgulloso y presumido. Y es algo que él debe aprender durante todo el viaje, ya que todos deben aprender algo a lo largo del viaje. En ocasiones me daba lastima que tratara tan mal a Shasta, aunque al mismo tiempo se notaba que le importaba y se preocupaba por él. Sin embargo, uno al leer el título El caballo y el muchacho o, en inglés, The horse and his boy, intuye que comenzará una relación bastante fuerte, que se harán muy unidos y decepciona bastante cuando no pasa, ya que, como dije, Bree todo el tiempo está quejándose sobre Shasta, por lo que no vi en sí la gran conexión que esperé.

Aravis es muy insoportable, más que nada si está cerca de Shasta, porque todo el rato lo hace sentir inferior, burdo, tonto, inútil, mientras que ella se presenta como todo lo contrario. En los únicos momentos en que la soporté fue en aquellos en la que estaba sola, porque sí, es bastante valiente, aunque también bastante egoísta, ya que en lo único que piensa es en lograr escapar para no casarse (sin pensar en las consecuencias que eso tendrá en otros). De todas formas, me gusta que exista el personaje porque así no son todos los buenos tan buenos. Pero, como es obvio, me llega muchísimo menos al corazón que Shasta.

Aslan es muy comprensivo en este libro y creo que ha sido, hasta ahora, en el libro en que me ha gustado más. Vemos un lado mucho más cariñoso, principalmente con Shasta, y preocupado por guiar a aquellos que lo necesitan. Es cierto que esto lo hace en todos los libros, pero a veces me resulta que es un poco severo y que realiza sus guías sin ganas, en cambio, en El caballo y el muchacho, se nota que le gusta ayudar al resto y guiarlos en sus caminos.

Quiero hablar de Edmund porque, como dije en la reseña de El león, la bruja y el ropero, Ed es de mis personajes favoritos (después de Lucy) y le tengo mucho cariño. En este libro se nota lo mucho que ha evolucionado y el hombre bondadoso, valiente y justo en el que se ha convertido. Me tenía contenta siempre que hablaba y también me tiene súper enamorada. Me gusta que lo podamos ver como a un hombre, porque siempre es, en los demás libros, un niño (por más que se comporte como un adulto, puesto que en Narnia ya lo ha sido).

Susan comienza a mostrar sus aires más tontos, alejándose de aquella niña que pudo haberle importado Narnia en algún momento. Se muestra muy superficial, incluso sin querer ir a la batalla más importante del libro, aunque pudo haber ayudado a muchos. Desde ya se ven los indicios de cómo acabará y por eso mismo, por supuesto, no la soporto. Ahora que sé cómo termina, es que me doy cuenta de estos comportamientos, ya que la primera vez no lo había notado.

Lucy es simplemente asombrosa. Incluso los narnianos se lo dicen a Shasta, ella lucha como o tanto más que todos ellos, siempre al frente y nunca acobardándose por nada. Y Lucy es tan amable y cálida, que es imposible no amarla. Me súper encanta el personaje y siempre es una alegría tenerla en escena.

En fin, el libro me gustó y es muy entretenido, sin ser por los pequeños detalles, como que los personajes no me agradan tanto y el racismo hacia Carlomen.

Valentine.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Reseña: El león, la bruja y el ropero


Reseña:
“Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero” de C. S. Lewis.

Datos:
Título original: “The lion, the witch and the wardrobe”.
Año de publicación: 1950
Saga: Las crónicas de Narnia #2
Siguiente libro: El caballo y el muchacho
Libro anterior: El sobrino del mago
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña número: #93.

         Es el segundo libro en el orden cronológico de la saga, pero el primero en publicarse.
         Esta es mi relectura de Las crónicas de Narnia. Las fotos las escaneé yo del libro.

Reseña: Cuatro hermanos, Lucy, Peter, Susan y Edmund, viajan hacia la casa de un extravagante profesor para escapar de los bombardeos de la guerra. En la casa hay muchísimas habitaciones, y una de ellas contiene un armario que luce como cualquier otro. Sin embargo, llevada por la curiosidad, Lucy se mete en él y descubre que en su interior no hay sólo abrigos, sino una tierra desconocida llamada Narnia, en la que gobierna una bruja malvada y donde siempre es invierno, pero nunca Navidad.

Opinión:
       
Este es, sin duda, el libro más conocido de Las Crónicas, principalmente por su película. Y, por eso mismo, aunque la historia me la sepa de memoria, no pude menos que disfrutarlo y llenarme de nostalgia al volver a reunirme con estos personajes, destruir a la Bruja Blanca y celebrar el fin del invierno. Nuevamente, me encantó; aunque también es cierto que, al saberme la historia de memoria, se me hizo un poquito pesado, más que nada en su camino hacia la Mesa de Piedra.

         La trama es bastante concisa, incluso al principio. Las cosas que suceden son necesarias para la historia, pero también para la formación de los personajes, por ejemplo, cuando Edmund entra en Narnia y luego finge no haberlo hecho, con lo que nos demuestra su carácter mentiroso. Hay muchos momentos en los que se da información sobre Narnia, sobre la manera en la que funciona o cómo son los que habitan allí, pero aquí hay que tener en cuenta que este era el primer libro publicado de la saga. El único momento que, como dije, se me hizo un poco pesado (pero lo digo de inconforme) es desde que viajan de la casa de los castores hasta la Mesa de Piedra, que se intercala con el viaje que emprenden la Bruja Blanca, el Enano y Edmund, con lo que todo el tiempo están viajando. Sin embargo, las últimas escenas están cargadas de emotividad y muchas enseñanzas para los protagonistas.

En la reseña anterior ya dije que me gusta mucho la escritura de Lewis, y aquí lo repito. Es una escritura que te envuelve, que te explica las cosas necesarias para entender el mundo y lo que sucede, pero siempre desde un punto muy dinámico y nada denso. Me encanta y amo que el narrador se comunique con los lectores, le da un toque mucho más personal.

El mundo de Narnia de El sobrino del mago apenas nacía y, aunque estaba muy bien estructurado, le faltaban muchas cosas, como arboles o las casas de los propios narnianos, así como el Castillo Cair Paravel, que sí se encuentran en El león, la bruja y el ropero; de esta forma vemos como Narnia creció y se desarrolló, al igual que las costumbres de sus habitantes. En lo personal, a mí me gusta mucho la Narnia invernal, es ideal para leerlo en esta época del año.

         Como todo en el libro, ver a los personajes, transmiten mucha nostalgia y podemos revisar y repasar todo aquello que los caracterizaba al principio y lo que los caracteriza al final.

        
Lucy es maravillosa. Siempre fue mi favorita y creo que es la favorita de muchos, pero es que es imposible no encariñarse con ella. Lucy representa todo lo que me gusta: es muy valiente (ella misma lo dice), muy decidida, leal (con sus hermanos y con sus amigos, como el señor Tumnus), obediente (a lo que dicen sus mayores, como Aslan) y dispuesta a aprender, y, lo más importante, tiene mucha confianza en sí misma y nunca se echa para atrás cuando sus hermanos no le creen sobre Narnia, aunque, y esto es lo mejor, tampoco siente rencor (ni siquiera hacia Edmund) por esto mismo. 

         Edmund me encanta. Es raro, lo sé. Todo el mundo odia a Edmund. Pero creo que, a pesar de todo lo malo que hace, se arrepiente y se siente verdaderamente mal después. No es necesaria la charla misteriosa que tuvo con Aslan para notar el cambio en su forma de actuar y ser con sus hermanos y todos los narnianos. Edmund después se convierte en un gran rey, por algo lo llaman El Justo, y creo que por esto mismo hay que destacarlo: porque me resulta mucho más interesante y placentero ver como alguien crece, siendo odioso al principio y muy grande al final.
        
         
Peter era mi crush cuando era más chica, principalmente por las películas, pero, aunque se nota todo el amor que siente por sus hermanos y que será un rey estupendo, a mí me rechina un poco su perfección, por eso mismo prefiero a Edmund, porque parece que Peter lo hace todo bien. Sin embargo, lo sigo apreciando muchísimo.

         Susan realmente nunca me gustó. Entiendo que es parte de los cuatro y que por eso es importante, pero no creo que aporte nada a la historia, porque nunca la veo haciendo algo que dijeras “si ella no estuviera nadie más podría hacerlo o decirlo” como sí me sucede con otros personajes.

         Aslan es el mismo siempre, es cierto. Pero me gusta mucho el personaje, todo el misterio que lo envuelve y todo el amor que lo envuelve, todo el amor hacia Narnia y sus habitantes, y a los niños también, a pesar de que nunca deja de mostrar su lado más severo o dominante cuando es necesario. En una de las ocasiones en las que me parece necesario, aunque también un poco brusco, es cuando Lucy se queda esperando que Edmund se recupere en lugar de asistir a otros narnianos que se encuentran heridos; en ese momento, Aslan le dice algo como “¿es necesario que más mueran por culpa de Edmund?” y quizá es un comentario sin más, pero me choca mucho, porque, si realmente fue perdonado, el comentario no debería estar allí.

         La Bruja Blanca también me encanta, más que nada ahora que recordé que es descendiente de Lilith, madre de los demonios. Me encanta porque es malvada de verdad y me causaba mucha gracia cada vez que se enojaba con todos los incompetentes que la rodean, porque yo también me enojaría bastante. Cada vez que mencionaban sus ropas no podía evitar recordar a Tilda (la amo), quien la representa en la película, ni cuando veía las ilustraciones y veía su pelo lacio en lugar de los extravagantes peinados de la actriz.

Tumnus también me encanta. Es todo un símbolo para Narnia y, por la película es que conocí a James McCavoy, quien después se convertiría en unos de mis actores favoritos. Uno no puede pensar en El león, la bruja y el ropero y no pensar en Tumnus y su paraguas y la bufanda roja (aunque esta última es de la película). Desde el principio uno se encariña con el fauno que quiere salvar Narnia, pero que no puede evitar sentirse fatal por tener que engañar a esa niña que lo trató con tanta cordialidad, quien se vuelve una de sus mejores amigas.

         No es mi libro favorito de Las Crónicas de Narnia, pero sí uno que conlleva una gran carga emocional y que se ha vuelto un símbolo.

         Valentine.