Reseña:
“Imperio de tormentas” de Sarah J. Maas.
Datos:
Título original: “Empire of Storms”.
Año de publicación: 2016
Saga: Trono de cristal #5
Libro anterior: Reina de sombras
Siguiente libro: Torre del amanecer
Puntuación en Goodreads: cuatro estrellas.
Reseña número: #88.
Reseña: Después
de librarse del Rey de Adarlan, Aelin y su grupo están listos para volver a
Terrasen y comenzar su guerra contra el Rey Valg: Erawan. Sin embargo, no son
bienvenidos por los nobles de Terrasen. Para encontrar una forma de avanzar
contra Erawan, conseguir aliados y ganarse el título que le corresponde, Aelin
realiza una serie de planes que involucra nobles, piratas, hadas y asesinos y
ladrones del desierto, además de su propio grupo variopinto.
Opinión
personal.
El
libro estuvo MUY bien. No sé si puedo decir que me encantó, pero me gustó
muchísimo. Con este libro la saga alcanzó un punto casi insuperable.
Para
esta reseña no quiero repetir lo mismo que en las anteriores. Hay varios puntos
que me gustaría tratar más a fondo, algunos positivos y otros negativos (desde
mi punto de vista). De forma general: sí, la acción es tremenda y está todo el
tiempo; los personajes y sus relaciones avanzan un montón; la trama no decae;
el final me dejó con el corazón en un puño.
Ahora. Una de las cosas que más me molestaron en el libro son las
escenas sexuales y toda la carga y tensión sexual que comienza a tener. No es
que me moleste porque yo sea alguna especie de puritana, no, me molesta porque
no tiene nada que ver con el resto de los libros. En las entregas anteriores,
el tema del sexo estaba presente como algo secundario, los personajes sentían
atracción el uno por el otro y tenían relaciones sexuales, pero no mucho más.
En cambio, Imperio de tormentas se
convirtió en el típico libro de fantasía Young-adult que tiene sexo, en el que
todo el rato los personajes quieren y tienen relaciones, en que absolutamente
TODO y TODOS gira alrededor de eso. Había muchas escenas donde sobraba. Por
ejemplo, Aelin y Rowan tienen relaciones por primera vez y cuentan
absolutamente toda la escena como la contaría Nalini Singh (El gremio de los cazadores o Psy-Cambiantes), en una escena súper
descriptiva donde él la tiene súper grande y no sé qué; después cada vez que
están solos tienen relaciones sexuales, incluso mientras están en momentos
importantes y es impensable e inverosímil, no viene al caso de ningún modo y
eso es lo que me molesta. Ya Chaol y Aelin tuvieron sexo y no me molestó, me
parecía lo más normal del mundo y que Aelin y Rowan tengan relaciones también
me parece lo más normal del mundo, pero no en las situaciones que se dan,
porque ya se vuelve ridículo. La saga pasó de ser una saga de fantasía juvenil
a alguna cosa media morbosa llena de sexo y hadas. Otros personajes también
sienten atracción sexual por otros personajes o directamente tienen sexo, así
que esto se multiplica.
Siento
la saga se hace muy larga sin necesidad. Ya comencé a leer el sexto libro (Tower of Dawn) y falta uno más, el
último supuestamente. Y sí han pasado muchas cosas, pero no tantas como para ser
siete libros (además, los libros son bastante largos). Siempre voy a decir que
el primero y el segundo podrían estar fusionados porque no aportan nada a la
saga. Y quizá el tercero y el cuarto también, o al menos una parte. Ya comencé
a olvidar qué sucede en cada libro por separado, entonces no le veo el punto a
que sean tantos. En este hay mucha acción, pero, al final y al cabo, no es más
que Aelin reuniendo gente y quizá eso podría ser la mitad del libro. Tower of Dawn se ocupa solamente de
Chaol intentando recuperar la movilidad de sus piernas y de una tal Yrene (y
una nueva nación), este libro podría estar fusionado con Imperio de Tormentas y no cambiaría nada.
Me
gusta que cada vez tengamos más escenarios para ver. Al principio me quejaba
que lo único que conocíamos era el castillo de Rifthold. Ahora hay reinos
enteros para conocer y es algo que le veo muy positivo. Creo que la autora
construye su mundo de apoco, de todas formas, como si las cosas se le
ocurrieran por el camino.
Una de las cosas que más me gusta de la saga es el papel de las mujeres.
Aelin, Manon, Nehemia, Elide, Lyssandra, Nesryn, Las Trece, Sorscha, Yrene,
todas las brujas en general, Kaltain, entre todas aquellas que estaré
olvidando… todas son mujeres fuertes, mujeres que saben su valor, que luchan
por lo que quieren, que, aunque el miedo o la pena o el dolor las esté
sofocando, logran salir adelante por su propia fuerza de voluntad. De todas
ellas mis favoritas son Manon y Lyssandra; Manon, a pesar de que hace siglos
sigue las órdenes de su abuela, de su matriarca, logró desvincularse de ella y
quitarse la venda de los ojos por el bien de sus Trece, de sus amigas y
compañeras, y por hacer lo correcto ante un mundo negro que sólo quería
usarlas como hacedoras de vida y como
soldados (no muy alejado del pensamiento patriarcal de nuestros días, ejem); y
Lyssandra ha pasado su vida bajo el mandato de una mujer que sólo quería sacar
dinero de su cuerpo, y a pesar de que
sus años de esclavitud estaban terminando, decidió que se extendieran para que
una niña no tuviera que vivir lo que ella. Y las dos son unas genias luchando.
Y no quiere decir que no me gusten los hombres de la saga, personajes como Dorian, Rowan y los compañeros de Rowan, y sobre todo Aedion, me encantan. Y me gustan sobre todo porque respetan a las mujeres, porque reconocen el valor de sus compañeras en la guerra y nunca las cuestionan por el mero hecho de ser mujeres. Incluso hay una escena en la que Elide está menstruando y es necesario que ella y Lorcan vayan por suministros, es decir, vendas (como toallas higiénicas) y ropa para cambiarse, y Lorcan en ningún momento se queja o está pensando que Elide es una carga, algo que sí he visto en otros libros o en los propios hombres que me rodean.
Y no quiere decir que no me gusten los hombres de la saga, personajes como Dorian, Rowan y los compañeros de Rowan, y sobre todo Aedion, me encantan. Y me gustan sobre todo porque respetan a las mujeres, porque reconocen el valor de sus compañeras en la guerra y nunca las cuestionan por el mero hecho de ser mujeres. Incluso hay una escena en la que Elide está menstruando y es necesario que ella y Lorcan vayan por suministros, es decir, vendas (como toallas higiénicas) y ropa para cambiarse, y Lorcan en ningún momento se queja o está pensando que Elide es una carga, algo que sí he visto en otros libros o en los propios hombres que me rodean.
Para
concluir, hay situaciones en las que no comprendo al cien por ciento lo que
está sucediendo. Hablo de las situaciones en las que se vincula el pasado con
el presente más que nada. Hacia el final se entiende un poco más, pero me
parece que la autora da por hecho que se entiende cuando no es así, y esto se
ve principalmente en el personaje de Aelin, que siempre va a un paso adelante
del resto y siempre sabe lo que se supone que no debe saber. No creo que esto
sea tan bueno, no siempre al menos. Porque entonces el personaje de Aelin
parece superpoderoso y no es algo que yo vea positivo, me gustan más los
personajes que se equivocan y que aprenden con el lector, porque, el hecho de
que Aelin sepa más que el lector está bien (es un recurso que genera sorpresa)
pero se sobrexplota y ya al final cansa.
En
fin. El libro me gustó bastante, espero que se le de un buen cierre a la saga y
que no quede todo colgando y vuelva a ser lo de los primeros dos libros.
Entiendo que uno evoluciona cuando escribe y espero que Sarah J. Maas continúe
evolucionando.
Valentine
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