jueves, 30 de agosto de 2018

Reseña: El sobrino del mago


“Las crónicas de Narnia: el sobrino del mago” de C. S. Lewis.
Datos:
Título original: “The Magician’s Nephew”.
Año de publicación: 1955
Saga: Las crónicas de Narnia #1
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña número: #92.

         Como con la saga de Harry Potter, he decidido realizar una relectura de Las crónicas de Narnia, y estas son mis impresiones de esta relectura.

Reseña: Debido a que su padre se encuentra en la India y su madre está muy enferma, Digory vive en la casa de sus tíos. Junto a su casa vive una niña llamada Polly de la que se hace muy amigo y, juntos, recorriendo las casas del vecindario, entran en el estudio del extravagante tío Andrew. A partir de engaños, el tío logra enviar a Polly a otro mundo a través de un anillo amarillo. Digory sigue a Polly a este otro mundo para salvarla, utilizando un anillo amarillo y llevándose dos anillos verdes, que Andrew asegura que los traerá de vuelta.
         Pero en su aventura conocen a una malvada bruja que pondrá todo Londres y la casa de Digory patas para arriba.

Charn
         Opinión.
       
        Narnia siempre fue un mundo que me encantó, principalmente por las películas. Es cierto que no me marcaron tanto como Harry Potter en la infancia, pero sí me interesaban un montón. Quise leer los libros cuando era niña, pero en ese momento toda la carga católica que llega a tener la saga, me asustó, no me gustó, entonces decidí no leerla, hasta hace unos años. Y cuando lo lees puedes encontrar las alusiones al catolicismo, o no, es según como vos lo quieras. Puedes hacer la trasposición o no.
         La relectura de este primer libro fue muy rápida, porque el libro es muy corto y se lee en unas horas, además está plagado de acción y momentos muy interesantes, por lo que las páginas pasan sin que te des cuenta. En la edición que yo tengo la letra es súper grande y tiene ilustraciones, así que las páginas pasaban mucho más rápidas aún.

Narnia; Alado, Polly y Digory
La trama no flaquea en ningún momento. Y, aunque sea un cuento para niños (aunque no sé que tipo de cuentos les leían los ingleses a sus hijos, sólo veamos Harry Potter o el Hobbit), entretiene lo mismo que a cualquier otra persona que no sea un niño. Como en otras historias de Lewis, comienza presentando a los personajes y su situación, pero no tarda ni un capítulo en comenzar con la historia. No se va por las ramas y siempre se concentra en lo que está sucediendo, es decir, no tiene relleno. A mí la trama me parece de lo más interesante porque comprendemos cómo funciona Narnia. En realidad, al leerlo como primer libro, ya tenemos una explicación del resto, pero también hay que tener en cuenta que si se lee por el orden de publicación (como cuando Lewis lo publicó) El sobrino del mago es el sexto libro en la saga, por lo que tendríamos toda la explicación hacia el final. Además, también conocemos más acerca de Jadis, la Bruja Blanca, que tantos dolores de cabeza dio en la saga.

La fundación de Narnia
La forma de escribir de C. S. Lewis me encanta. Es algo que, en parte, me recuerda a la escritura de Peter Pan, pero que también, pienso yo, era algo habitual para los cuentos de niños de la época. Diana Wynne Jones tiene un estilo similar, aunque nunca hay que olvidar que ella es seguidora de las obras de Lewis y también de Tolkien. Así, el narrador siempre está contando las aventuras de una forma muy amena, dando su opinión y diciendo cosas como “yo creo que” o “yo haría tal cosa”, con lo que también pasa a ser parte de la historia y no un simple narrador. Me gusta mucho cuando repite algunas frases; en este caso, Polly, cada vez que hay que tomar una decisión, le dice a Digory “Si tú te animas yo me animo”, y, aunque no sea la voz del narrador, ese juego que hace Lewis me gusta. La escritura es muy ligera y no se pierde en demasiados detalles, sí, pudo narrar con detallismo todas las montañas de Narnia, o el nuevo mundo de Charm, o la ropa de alguien, pero sólo da ciertos aspectos de todas estas cosas que los lectores necesitan y que, en caso de ser necesario, pueden cubrir con su imaginación.

La coronación de los primeros reyes
El mundo de Narnia es uno de mis favoritos. Sin duda lo que siempre quise es ir a Narnia, incluso más que a Hogwarts. A mí me parece algo idílico, un mundo lleno de criaturas y bestias parlantes, con paisajes estupendos que no tienen nada que ver con la “civilización”. Como dije, en este libro se sientan las bases de cómo se llega a Narnia y su forma de funcionar; y también vemos a Narnia nacer, así que con este libro empieza todo. Ya no es Narnia una tierra antigua de la que no sabemos mucho, no, es una tierra que vemos crecer, de la que somos parte.

Hay algunos personajes que me dan un poco igual, pero otros que se me meten hondo en el corazón, como los protagonistas.

En el caso de Digory, es una gran nostalgia leerlo todo el rato, ya que sabemos que se convertirá en el profesor Kirkle y es un gran guiño con la propia saga después (o ahora, si has visto las películas o leído primero El león, la bruja y el ropero. Es un niño bastante curioso, lo que lo lleva a meterse en muchos problemas, pero muy sensato y que sabe que está bien y que es lo que está mal, lo que lo ayuda no solo a pedir disculpas, sino a salir de algunas situaciones que lo pueden tentar.

Polly y Digory
Polly me encanta. Es una niña muy sensata y que sigue mucho a sus instintos, casi siempre que está a punto de suceder algo malo o algo bueno, lo mejor es confiar en el instinto de Polly. También es una chica muy valiente, que no duda nunca en cumplir las misiones de Aslan o en hacer lo correcto, y, por otro lado, es muy comprensiva: entiende la situación de Digory con su madre enferma e intenta ayudar, entiende lo que Aslan les está pidiendo. Es muy genial.

Aslan es Aslan. Es cierto que muchas veces me parece un poco duro o, incluso, impaciente, pero supongo que es por su propia naturaleza, al fin y al cabo, todo lo que hace es por el bien de Narnia y sus habitantes. Además, muchísimas veces es muy bondadoso y, como Polly, comprende las situaciones de todos aquellos que lo rodean. ¿Quién no quisiera ser amigo de Aslan? También es muy sabio e intenta, a partir de su sabiduría, iluminar a los demás.
Leyendo “Los héroes de Sasún” (épica armenia) encontré el nombre de Aslán en “La cuarta rama: Davit”; con lo que me cierra más cuando dicen que Lewis está muy influenciado por las historias nórdicas, irlandesas, etc.

Polly, Digory y Jadis
Andrew es un hombre muy cruel, pero también patético. Con tal de realizar su magia, que nunca queda claro si la posee en realidad o no (yo pienso que no), utiliza muchos animales, pero también a un par de niños, sin importarle si estos vuelven a la Tierra o si, por lo contrario, se quedan en este otro mundo, sin saber si están muertos. Por supuesto, todo lo que le sucede después lo tiene merecido, por andar jugando con cosas que no comprende y por ser, a pesar de ser un mago, tan cerrado de mente.


Jadis es una bruja y es malvada, una verdadera tirana, como pocas se han visto. Pero, a mí me fascina. Siempre le ha rodeado cierto halo de misterio, aunque en este libro ese halo no existe o se intenta disminuir. Lo cierto es que Jadis impone, uno realmente llega a creerse que es una reina, que es glamurosa y poderosa, más allá de que sabes que es mala. Su historia y participación en El sobrino del mago me parece espectacular y muy acertada para darle comienzo al villano más grande de Las crónicas de Narnia.

         Hasta entonces la saga me gustaba, pero no marcó tanto mi vida como Harry Potter o Cazadores de sombras. Sin embargo, creo que con esta relectura las cosas van a cambiar.

Valentine.

sábado, 25 de agosto de 2018

Reseña: Tower of Dawn


Reseña:
“Torre del amanecer” de Sarah J. Maas.
Datos:
Título original: “Tower of Dawn”.
Año de publicación: 2017
Saga: Trono de cristal #6
Libro anterior: Imperio de tormentas
Siguiente libro: “Kingdom of Ash”.
Puntuación en Goodreads: dos estrellas y media.
Reseña número: #90.

Reseña: Después de la batalla en el castillo de Rifthold, Chaol queda paralítico debido al ataque del Valg. Es por esto que parte, junto al nuevo Capitán de la Guardia, Nesryn, hacia el continente sur, Antica, para que los sanadores de la Torre puedan ayudar a Chaol y para conseguir una alianza con el Kan que pueda favorecerlos en la batalla contra Erawan.

Opinión personal.
       
        Desde que supe que el libro no iba a seguir el hilo del quinto y de que iba a tratarse cobre Chaol y Nesryn, no tuve muchas ganas de leerlo, porque precisamente esos dos personajes me dan igual y me aburren. Obviamente tenía que hacerlo para enterarme de lo que sucedía de cara al séptimo libro de la saga.
         El libro me dio bastante igual, ni me gustó ni no lo hizo. Hay muchos errores que le encontré y también varios inconvenientes. Y tampoco es que agregue información relevante que no podría aparecer en otro libro.

        No era necesario que Torre del amanecer existiera. ¿Por qué? Bueno, por lo mismo que me parece que los dos primeros libros podrían ser uno solo. Porque no aporta nada tan grande o revelador como para que ocupe todo un libro. Bien se podría sintetizar un poco e intercalar las escenas que transcurrían en el sur (Chaol y Nesryn) con las escenas que transcurrían en el norte (Aelin y los demás); si no era con el libro anterior, que hubiese estado bien y muy acertado, puesto que los dos libros transcurren en el mismo tiempo (o sea, la acción de ambos continentes es paralela), también pudo intercalarse con el próximo libro, o mitad y mitad. Digo esto porque en la primera mitad del libro no pasa nada: vemos como la corte de Antica es muy hostil y conocemos un poco de su cultura (pero tampoco tanto), Chaol y Nesryn están en un tira y afloja en su relación, e Yrene comienza a sanar a Chaol. Y ya está, no pasa mucho más. En la segunda parte, en la que ya los caminos de Chaol y Nesryn se han separado, sí comienzan a suceder más cosas. Y aquí, es cierto que había más acción en las escenas de Nesryn, pero me eran un suplicio leerlas, porque el personaje es tan soso que me aburre leer todo lo que tiene que ver con ella.

         Es bueno conocer un nuevo continente, salimos de la frescura de Adarlan, Terrasen y Morath, para ir a Antica, que es sumamente calurosa. Me gusta que conozcamos una cultura nueva, con una nueva forma de pensar y actuar porque aporta más a la historia. Sin embargo, no es que sea una sociedad precisamente original, la he visto ya en muchos libros y es algo que no me sorprende. Antica es lo que los países árabes son para el Planeta Tierra. Personalmente, no es un paisaje que me llame la atención, más bien me sofoca porque todo el tiempo se describe el calor y el sudor, y que me aburre (una vez más) porque todo es desierto, arena y montaña.

         Sobre la historia en general, ya dije que la trama va bastante lenta todo el libro, no hay un solo momento en el que dijera “no puedo soltar el libro porque está muy interesante”. Más bien se mantiene en una línea y la gran revelación de la historia, es soltada sin más y no causa impacto (también se veía venir desde los libros anteriores). Lo mismo sucede con la historia de Falkan (un cambia formas de Adarlan, ejem) y con el papel que Yrene tiene guardado, el cual se lo dio una joven en Adarlan con dinero para que ella pueda viajar a Antica, y me reí mucho con esto porque es bastante obvio quién es la muchacha desde el primer momento en que se habla sobre el papel, y hacia el final se revela como que “oh, my god, es cosa del destino, wow” y no.

        Hay otra cosa que me molestó bastante y son los insta-love. Hay dos insta-love ENORMES en el libro, cada uno de parte de Chaol y Nesryn. Yo puedo entender que ellos se sientan atraídos hacia alguien y esos alguien se sientan atraídos por ellos, pero en los pocos meses que estuvieron con esas personas (que no fue todo el tiempo como noviazgo o relación, sino normal) no se pudieron enamorar como para jurarse amor eterno y toda una vida juntos y no sé qué… en la relación de Aelin y Rowan puede verse como va creciendo de a poco lo que comenzó como una amistad, lealtad, a un cariño creciente para terminar queriendo estar con esa persona por el resto de sus vidas; pero esto sucede a lo largo de tres libros, no en unas páginas; es cierto que en la reseña de heredera de fuego me quejé sobre lo rápido que iba la relación de Aelin y Rowan, porque ellos pasan de odiarse a jurarse lealtad, pero, a medida que pasaron los tres libros, vi cómo su relación se solidifica. En fin, no me gustó para nada.

         Sobre los personajes. Voy a nombrar a algunos, pero no tengo gran cosa que desarrollar puesto que apenas los conocemos.

        Mi problema con Chaol es que sólo me llegó a gustar en el segundo libro, en el resto me pareció tremendo pesado y, como dice él, bastante inservible y siempre metiendo la pata y culpando a Aelin de cosas que él tiene la culpa. En esto libro no es diferente. Más de la mitad del libro está enojado por tener que estar en una silla y no poder ser un hombre “completo”. Lo que menos me gusta de Chaol es que es bastante agresivo cuando se enoja, queriendo lanzar palabras contra quien sea para lastimar y así sentirse mejor consigo mismo. También es bastante egoísta. Sí tiene una especie de evolución o crecimiento en el libro, pero ya desde el inicio es obvio que lo tendrá y es bastante brusco.

        Nesryn siempre fue un cero a la izquierda para mí. Sí, es una mujer muy fuerte, lucha por lo que quiere y no se calla ante nadie, pero es bastante insulsa y sosa. En el libro tiene mucha más acción que Chaol y es responsable de muchas cosas importantes para la trama, pero al mismo tiempo está todo el rato lloriqueando, diciendo que es mejor Antica que Adarlan (porque ella es descendiente de una adarliana y una persona de Antica). A mí como personaje no me aportó nada.

        Yrene es la sanadora que comienza a sanar a Chaol (valga la redundancia). Sí me parece que es una chica muy fuerte, que realmente luchó durante mucho tiempo, no sólo contra la pena y el mundo duro que la rodeaba, sino para alcanzar sus sueños y sus metas y ser lo que quiere ser. También, por todas las cosas que suceden en la historia, principalmente hacia el final, me resulta muy valiente, porque no se esconde detrás de Chaol mientras él pelea. Sin embargo, este es un rasgo que todas las mujeres de la saga comparten. En cambio, y por eso comencé con el “sí”, a mí me parece la típica mujer de literatura Young-Adult con todas las características que mencioné: es fuerte, hermosa, la próxima heredera de la Torre; el personaje en sí se me hizo muy cliché, y todo lo que sucede entre ella y Chaol aún más, estaba visto desde el principio. Y a veces me pongo a pensar que no es más que una excusa para que Chaol tenga una pareja, por mucho que ella pueda aportar a la batalla (que lo podría hacer sin ser pareja de Chaol, claro, y yo lo agradecería más).

        Los hijos del Kan se me hicieron todos COMPLETAMENTE INSOPORTABLES. El único de ellos con quien se podía hablar era Sartaq y por eso se me hizo más llevadero, porque no estaba todo el rato soltando comentarios malévolos e irónicos. Pero el personaje no es que fuera lo mejor del mundo tampoco, me dio un poquito –bastante– igual

         El único personaje que me aliviaba dentro de todos estos pesados era Falkan, un cambiaformas, que, aunque no fue de lo más importante y lo vemos bastante poco, más bien hacia el final, era algo fresco para mí, no sé decir exactamente porqué.

         En fin, es un libro que pudo haberse ahorrado y que aportó dos o tres cosas a la historia como para ser tan largo.

         Valentine.

martes, 21 de agosto de 2018

Reseña: Imperio de tormentas


Reseña:
“Imperio de tormentas” de Sarah J. Maas.

Datos:
Título original: “Empire of Storms”.
Año de publicación: 2016
Saga: Trono de cristal #5
Libro anterior: Reina de sombras
Siguiente libro: Torre del amanecer
Puntuación en Goodreads: cuatro estrellas.
Reseña número: #88.

Reseña: Después de librarse del Rey de Adarlan, Aelin y su grupo están listos para volver a Terrasen y comenzar su guerra contra el Rey Valg: Erawan. Sin embargo, no son bienvenidos por los nobles de Terrasen. Para encontrar una forma de avanzar contra Erawan, conseguir aliados y ganarse el título que le corresponde, Aelin realiza una serie de planes que involucra nobles, piratas, hadas y asesinos y ladrones del desierto, además de su propio grupo variopinto.

Opinión personal.

         El libro estuvo MUY bien. No sé si puedo decir que me encantó, pero me gustó muchísimo. Con este libro la saga alcanzó un punto casi insuperable.
         Para esta reseña no quiero repetir lo mismo que en las anteriores. Hay varios puntos que me gustaría tratar más a fondo, algunos positivos y otros negativos (desde mi punto de vista). De forma general: sí, la acción es tremenda y está todo el tiempo; los personajes y sus relaciones avanzan un montón; la trama no decae; el final me dejó con el corazón en un puño.

        Ahora. Una de las cosas que más me molestaron en el libro son las escenas sexuales y toda la carga y tensión sexual que comienza a tener. No es que me moleste porque yo sea alguna especie de puritana, no, me molesta porque no tiene nada que ver con el resto de los libros. En las entregas anteriores, el tema del sexo estaba presente como algo secundario, los personajes sentían atracción el uno por el otro y tenían relaciones sexuales, pero no mucho más. En cambio, Imperio de tormentas se convirtió en el típico libro de fantasía Young-adult que tiene sexo, en el que todo el rato los personajes quieren y tienen relaciones, en que absolutamente TODO y TODOS gira alrededor de eso. Había muchas escenas donde sobraba. Por ejemplo, Aelin y Rowan tienen relaciones por primera vez y cuentan absolutamente toda la escena como la contaría Nalini Singh (El gremio de los cazadores o Psy-Cambiantes), en una escena súper descriptiva donde él la tiene súper grande y no sé qué; después cada vez que están solos tienen relaciones sexuales, incluso mientras están en momentos importantes y es impensable e inverosímil, no viene al caso de ningún modo y eso es lo que me molesta. Ya Chaol y Aelin tuvieron sexo y no me molestó, me parecía lo más normal del mundo y que Aelin y Rowan tengan relaciones también me parece lo más normal del mundo, pero no en las situaciones que se dan, porque ya se vuelve ridículo. La saga pasó de ser una saga de fantasía juvenil a alguna cosa media morbosa llena de sexo y hadas. Otros personajes también sienten atracción sexual por otros personajes o directamente tienen sexo, así que esto se multiplica. 

         Siento la saga se hace muy larga sin necesidad. Ya comencé a leer el sexto libro (Tower of Dawn) y falta uno más, el último supuestamente. Y sí han pasado muchas cosas, pero no tantas como para ser siete libros (además, los libros son bastante largos). Siempre voy a decir que el primero y el segundo podrían estar fusionados porque no aportan nada a la saga. Y quizá el tercero y el cuarto también, o al menos una parte. Ya comencé a olvidar qué sucede en cada libro por separado, entonces no le veo el punto a que sean tantos. En este hay mucha acción, pero, al final y al cabo, no es más que Aelin reuniendo gente y quizá eso podría ser la mitad del libro. Tower of Dawn se ocupa solamente de Chaol intentando recuperar la movilidad de sus piernas y de una tal Yrene (y una nueva nación), este libro podría estar fusionado con Imperio de Tormentas y no cambiaría nada.

         Me gusta que cada vez tengamos más escenarios para ver. Al principio me quejaba que lo único que conocíamos era el castillo de Rifthold. Ahora hay reinos enteros para conocer y es algo que le veo muy positivo. Creo que la autora construye su mundo de apoco, de todas formas, como si las cosas se le ocurrieran por el camino.

        
       Una de las cosas que más me gusta de la saga es el papel de las mujeres. Aelin, Manon, Nehemia, Elide, Lyssandra, Nesryn, Las Trece, Sorscha, Yrene, todas las brujas en general, Kaltain, entre todas aquellas que estaré olvidando… todas son mujeres fuertes, mujeres que saben su valor, que luchan por lo que quieren, que, aunque el miedo o la pena o el dolor las esté sofocando, logran salir adelante por su propia fuerza de voluntad. De todas ellas mis favoritas son Manon y Lyssandra; Manon, a pesar de que hace siglos sigue las órdenes de su abuela, de su matriarca, logró desvincularse de ella y quitarse la venda de los ojos por el bien de sus Trece, de sus amigas y compañeras, y por hacer lo correcto ante un mundo negro que sólo quería usarlas  como hacedoras de vida y como soldados (no muy alejado del pensamiento patriarcal de nuestros días, ejem); y Lyssandra ha pasado su vida bajo el mandato de una mujer que sólo quería sacar dinero  de su cuerpo, y a pesar de que sus años de esclavitud estaban terminando, decidió que se extendieran para que una niña no tuviera que vivir lo que ella. Y las dos son unas genias luchando. 
Y no quiere decir que no me gusten los hombres de la saga, personajes como Dorian, Rowan y los compañeros de Rowan, y sobre todo Aedion, me encantan. Y me gustan sobre todo porque respetan a las mujeres, porque reconocen el valor de sus compañeras en la guerra y nunca las cuestionan por el mero hecho de ser mujeres. Incluso hay una escena en la que Elide está menstruando y es necesario que ella y Lorcan vayan por suministros, es decir, vendas (como toallas higiénicas) y ropa para cambiarse, y Lorcan en ningún momento se queja o está pensando que Elide es una carga, algo que sí he visto en otros libros o en los propios hombres que me rodean.

         Para concluir, hay situaciones en las que no comprendo al cien por ciento lo que está sucediendo. Hablo de las situaciones en las que se vincula el pasado con el presente más que nada. Hacia el final se entiende un poco más, pero me parece que la autora da por hecho que se entiende cuando no es así, y esto se ve principalmente en el personaje de Aelin, que siempre va a un paso adelante del resto y siempre sabe lo que se supone que no debe saber. No creo que esto sea tan bueno, no siempre al menos. Porque entonces el personaje de Aelin parece superpoderoso y no es algo que yo vea positivo, me gustan más los personajes que se equivocan y que aprenden con el lector, porque, el hecho de que Aelin sepa más que el lector está bien (es un recurso que genera sorpresa) pero se sobrexplota y ya al final cansa.

         En fin. El libro me gustó bastante, espero que se le de un buen cierre a la saga y que no quede todo colgando y vuelva a ser lo de los primeros dos libros. Entiendo que uno evoluciona cuando escribe y espero que Sarah J. Maas continúe evolucionando.

Valentine

sábado, 18 de agosto de 2018

Reseña: Reina de sombras


Reseña:

“Reina de sombras” de Sarah J. Maas.

Datos:
Título original: “Queen of Shadows”.
Año de publicación: 2015
Saga: Trono de cristal #4
Libro anterior: Heredera de fuego
Siguiente libro: Imperio de tormentas
Puntuación en Goodreads: tres estrellas.
Reseña número: #87.

         Reseña: Aelin vuelve a Adarlan para recuperar el amuleto de su madre que, su antiguo amo, Arobynn Hamel, el rey de los asesinos, robó cuando era niña; y acabar con el rey de Adarlan de una vez por todas.
         Mientras, Dorian lucha por mantenerse vivo y siendo él mismo dentro de ese Príncipe Valg al que su padre lo ha encadenado, los rebeldes tratan de mantener a los habitantes de Adarlan a salvo y Manon se cuestiona el deber de obediencia que tiene mientras sus brujas son utilizadas para dar vida a más príncipes Valg.

Opinión personal:
         Este libro es lo que yo pensé que me encontraría en el primero: descubrimientos muy épicos, personajes más consolidados, escenas que dices “wow” y que te quedas de boca abierta y no paras de saltar en el lugar. Entiendo que en una saga no metes todo en el primer libro, pero me refiero a la calidad de la obra. Recién en el cuarto libro de Trono de Cristal puedo llegar a entender porque algunos le llaman fantasía épica (porque hasta ahora era solo una saga de fantasía juvenil más). Recién es en este libro que puedo entender que a alguien le guste.
         El libro me gustó, me gustó de verdad, me la pasé emocionada con las nuevas cosas que se descubrían, por el crecimiento de los personajes y esos momentos en los que abrían los ojos y se encontraban una realidad diferente a la que imaginaban. En parte me parece un poco tedioso que me guste la saga recién desde el tercer libro porque si hubiese querido comprarla, no hubiese gastado mi dinero en los dos primeros, ya que no salen baratos y no valen la pena tampoco.

La historia tiene muy pocos momentos calmos, siempre está sucediendo algo. Mi mayor problema, sin embargo, es que Aelin (y el resto de los personajes) se proponen cierta meta, por ejemplo: hay que acabar con el rey de Adarlán, pero toda la preparación para eso lleva el libro entero y, en ocasiones, tengo la sensación de que no sucede nada, de que estamos esperando algo que detonará al final, pero en realidad sí suceden cosas. De hecho, no hay escenas en las que “no suceda nada”, siempre todas las escenas están aportando su granito de arena a la trama. Y va al ritmo justo, no se apresura y no va demasiado lento, se toma sus momentos para presentar a los nuevos personajes como Elide, Nesryn, Lyssandra y, al fin, Arobynn.

         La escritura está bien, hay algunas frases que me gustan bastante, sobre todas aquellas que describen la rabia de los personajes. Son geniales y más que nada en las mujeres, sobre todo por el Girl Power.

Manon, Lyssandra, Aelin y Elide
         
Sobre el Girl Power, debo decir que me gusta que la autora les dé visibilidad a mujeres que, a pesar de que son diferentes entre sí, todas tienen mucha fuerza en su espíritu, quieren salir adelante, lograr su libertad (de cualquier tipo) y ser ellas mismas. Nehemia, Aelin, Nesryn, Elide, Manon, Lyssandra, incluso Killian, las Trece, Sorscha (aunque no me gustara mucho su personaje), son mujeres que intentan sobrevivir en un mundo que sólo las quiere como adorno. Las mujeres que luchan, deben además luchar por ser reconocidas como iguales dentro de un mundo de hombres. No son las chicas sumisas que dejan que el varón las guíe, no, ellas solas pueden pelear y abrirse camino para conseguir lo que quieren y lo que creen correcto. Se necesitan muchas protagonistas femeninas así, principalmente en la literatura que va dirigida a los jóvenes.

         El mundo de Trono de Cristal se expande con cada libro, en el anterior nos demostraron que había otros continentes, no sólo otras naciones y otras razas. Y, aunque en este no es que se explore un lugar completamente nuevo, sí sabemos más de la historia de los reinos y cómo está formada la propia capital de Adarlan que antes apenas se nombraba.

         La acción y la magia me gustaron mucho en este libro. Y ese final. Dios, Dorian es una potencia que yo no veía venir, nada del final lo veía venir, en realidad. Y Lyssandra es increíble. Simplemente, me gusta mucho como esta señora describe las escenas de acción, sientes toda la tensión y la urgencia, y las ganas de estar luchando allí, con ellos. Descripciones así me dan ganas de leer mucha fantasía.

         Por fin, vamos con los personajes.

         Aelin es una badass en este libro (aviso para los que no sepan, que Celaena y Aelin son la misma persona). Tiene muchísima fuerza propia, es una chica que acaba de atravesar su infierno personal, del que no podía salir, lleno de culpas, remordimientos, odios, venganzas, y tomó todo esto y lo enfocó en llevar a cabo sus planes. Está lista para hacer todo lo que debe hacer y lo hace sola. Incluso aunque Aedion y Rowan todo el tiempo le piden que cuente con ellos dos, Aelin prefiere hacer las cosas sola, esto, al contrario de parecerme arrogante, me gusta, nos demuestra la capacidad de ingenio y de crear estrategias y planes de nuestra protagonista. He escuchado opiniones que dicen que ya no le gusta esta protagonista, que preferían a la de los dos libros anteriores y no lo entiendo, porque Aelin es algo nuevo, poderoso, fresco, y Celaena es igual a muchísimas protagonistas que ya habíamos visto. No es que Aelin deje de ser Celaena, pero estamos ante una mujer valiente (lo contrario a Celaena), que está segura de lo que quiere hacer (al contrario de Celaena), y que toma las riendas de su vida y su reino (al contrario de Celaena). No sé, Aelin me gustó mucho.

         Dorian pasa por bastante en este libro. Su cuerpo está a manos del Príncipe Valg que ahora está dentro de él, quien lo obliga a ver torturas, creo que incluso a practicarlas, a decir cosas horrendas a las personas que lo aman y a comportarse como un verdadero demonio. Mientras, el verdadero Dorian navega sin recordar su nombre o el de sus amigos, sólo recuerda aquella que fue su amada, Sorscha, pero tampoco recuerda su nombre, sino lo que sucedió con ella. Nos damos cuenta, por fin, de la verdadera fuerza de Dorian, de aquella fuerza inquebrantable que no permite que el Príncipe Valg lo domine por completo, esa fuerza que le brinda un escaso momento para ser él mismo y hablar con Manon y casi rogarle que lo mate, la fuerza que, al creer a su mejor amigo muerto, hace que se desprenda por completo del Príncipe. Y la batalla final a manos de Dorian y Aelin es épica, aunque no sabemos cuánto es su poder hasta que Rowan dice que es una fuerza tan grande que pudo consumir a Aelin. Dorian me dejó con la boca abierta.

         Chaol no me gustó para nada. Hasta ahora había sido mi personaje favorito, pero en este libro cada vez que aparecía me daban ganas de matarlo, me aburría, no me llevaba a nada. Después de que los acontecimientos de Wendlyn se llevaran a cabo y se comenzara a matar gente en las plazas, Chaol toma el mando de los rebeldes, convirtiéndose en uno. Cuando Aelin llega le recrimina no tener refuerzos, no haberlos ayudado, no ayudar a Dorian, entre muchas otras cosas que extiende por todo el libro. De la nada, Chaol quiere a Dorian de nuevo (cuando en el libro anterior no estaba seguro de poder volver a ser su amigo) y ya no siente nada por Aelin. Sarah J. Maas dio una vuelta completa a Chaol que no es creíble y que no me gustó. También de la nada quiere a Nesryn, y me pasa con ella lo mismo que con Sorscha: no es creíble.

Rowan es una mole muy tierna a veces. Muy enojona cuando se meten con Aelin, es cierto, pero tampoco lo veo como alguien posesivo. Había escuchado eso de Rowan, entonces me preparé para que el personaje no me gustara, y la verdad es que sí me gusta. No me parece posesivo porque, a pesar de estar de acuerdo con las acciones de Aelin o no, deja que ella tome las decisiones que quiera, que sea libre, no lo dice “no saldrás de aquí porque yo lo ordeno”, no, al contrario, si ella desaparece en la noche, cuando regresa le pregunta qué descubrió o qué hizo, siempre recordándole que él puede ayudarla, pero no imponiéndose. Tampoco es posesivo en un plan amoroso: Aelin y Chaol trabajan juntos y Rowan nunca se queja, nunca dice absolutamente nada al respecto, ni siquiera se muestra como un machito alrededor de ella o algo por el estilo; incluso Rowan sabe que está durmiendo en la cama de Sam y usando algo de su ropa(el viejo amor de Aelin) y lo único que piensa es ayudarla a vengarlo. A mí Rowan me gusta mucho.
        
        Aedion estuvo un poco perdido en este libro. En La heredera de fuego, lo vimos bastante activo, con ganas de hacer muchas cosas, y en Reinas de Sombras está muy pasivo, siempre esperando las órdenes de Aelin en lugar de hacer algo por sí mismo. Además, como Aelin siempre hace las cosas sola o prefiere hacerlas con Rowan, vive quejándose y haciendo especie de escenas de celos (más que nada cuando descubre que Rowan hizo el juramento que él quería hacer). Hacia el final mejora, toma más protagonismo en las batallas de Aelin y acepta a Rowan, incluso ambos desarrollan una amistad. 

        Manon es sorprendente. Creo que, de todo el libro, es el personaje que más me gustó. En Reina de Sombras la vemos un poco más “humanizada”, no es que sea algo necesario, pero la maldad primeriza del libro anterior no llevaba a nada, en cambio, es en esta entrega que comienza a cuestionarse las ordenes de su abuela, lo que están haciendo con las brujas, comienza a escuchar a sus Trece, que le piden por favor que termine con todo lo que les están haciendo, incluso se apiada de Elide y la toma bajo su protección (más allá de si la quiere como espía al principio, al final la termina salvando sin querer recibir nada a cambio). La mayoría del tiempo estuvo peleando con su segunda al mando y prima, Asterin, hasta que al final entiende lo que su prima le quiere decir y es cuando la vemos dejar toda esa maldad y ser más empática. Además, las últimas escenas que protagonizan las Trece, Manon, Elide y Kaltain es sororidad pura.


        Elide es un personaje que, al inicio del libro, me resultaba un poco insoportable porque no entendía por qué me podría interesar a mí su historia, aparte era un poco como los personajes femeninos que a mí no me suelen gustar (intento ser fuerte, valiente, y nosequé, y no lo soy), hasta que comencé a descubrir (y ella también) su lugar en la historia. Se nota que, a pesar todo lo que le ha sucedido y lo que quieren hacer con ella, tiene coraje para pedir ayuda a un montón de brujas come humanos e idear un plan para escapar y salvarse. Elide no será una de mis favoritas, pero hacia el final sí me gustó. 

Lyssandra fue asombrosa. Al principio dije “otra pesada”, después “otra Nehemia”, y después “omaigá”. En parte sí es otra Nehemia, toma el lugar de Nehemia y la propia Aelin lo afirma: que no puede dejar que Lyssandra muera o que le pase algo, porque su pérdida sería igual que la pérdida de Nehemia. Sin embargo, tiene mucha fuerza por sí misma. Es muy valiente, lo que hace por Evangeline, su protegida, a la que iban a prostituir como a ella. Olvidé mencionar que Lyssandra es una prostituta, de la alta sociedad, pero prostituta igual, pero básicamente porque la han obligado; todos estos años, los mismos que Aelin casi, ha sido obligada a vender su cuerpo para pagar “la deuda” que tiene con Clarissa (la mujer que la obliga a prostituirse) porque esta la salvó de las calles, lo mismo que Aelin con Arobynn, excepto que este la obligó a matar. Aelin la ayuda mucho a empoderarse, a aceptar toda esa magia que hay dentro de ella y no temerle, a levantarse y luchar. Es una amistad muy bonita y Lyssandra es fenomenal. 

     Nesryn no me llamó tanto la atención, pero no podía no hablar de ella, y no por su relación con Chaol, sino porque Nesryn podría ser perfectamente una chica acomodada y, sin embargo, decide apoyar a los rebeldes, salvar inocentes y, después, asociarse con Aelin (está más de acuerdo asociarse ella que Chaol). Es una mujer muy segura de sí misma, que sabe lo que vale como mujer, como arquera, como rebelde. Su relación con Chaol no me gusta porque la veo salida de la nada, pero no porque tenga algo contra ella. El último equipo que Lyssandra, Aelin y ella forman es espectacular. Literalmente las tres salvaron la batalla, salvaron a los personajes masculinos, y es genial. Eso a Sarah no se lo voy a quitar.  
  

         Arobynn es el ser más asqueroso que vi en mi vida. Sí, el rey es un genocida, un asesino, pero lo reconoce, en cambio Arobynn es la víbora más arrastrada de todas. Hace cosas demasiado embusteras. Es el rey de los asesinos, exactamente por su facilidad para decir palabras bonitas, pero completamente vacías y escurrirse por ahí. Siempre anda traicionando a TODO el mundo. Lo odio.

         Sobre el Rey… Dios, ahora sí entiendo todo y me voló la cabeza.

         De forma conclusiva, el libro sí me gustó, es muy entretenido, los personajes femeninos son geniales (los masculinos también, pero… you know). La saga no se convertirá en una de mis favoritas, porque recién es este libro el que me gusta; el anterior sí me gustó, pero hasta ahí nomás, es este el que me dejó encantada.

          Valentine.