domingo, 2 de septiembre de 2018

Reseña: El león, la bruja y el ropero


Reseña:
“Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero” de C. S. Lewis.

Datos:
Título original: “The lion, the witch and the wardrobe”.
Año de publicación: 1950
Saga: Las crónicas de Narnia #2
Siguiente libro: El caballo y el muchacho
Libro anterior: El sobrino del mago
Puntuación en Goodreads: cinco estrellas.
Reseña número: #93.

         Es el segundo libro en el orden cronológico de la saga, pero el primero en publicarse.
         Esta es mi relectura de Las crónicas de Narnia. Las fotos las escaneé yo del libro.

Reseña: Cuatro hermanos, Lucy, Peter, Susan y Edmund, viajan hacia la casa de un extravagante profesor para escapar de los bombardeos de la guerra. En la casa hay muchísimas habitaciones, y una de ellas contiene un armario que luce como cualquier otro. Sin embargo, llevada por la curiosidad, Lucy se mete en él y descubre que en su interior no hay sólo abrigos, sino una tierra desconocida llamada Narnia, en la que gobierna una bruja malvada y donde siempre es invierno, pero nunca Navidad.

Opinión:
       
Este es, sin duda, el libro más conocido de Las Crónicas, principalmente por su película. Y, por eso mismo, aunque la historia me la sepa de memoria, no pude menos que disfrutarlo y llenarme de nostalgia al volver a reunirme con estos personajes, destruir a la Bruja Blanca y celebrar el fin del invierno. Nuevamente, me encantó; aunque también es cierto que, al saberme la historia de memoria, se me hizo un poquito pesado, más que nada en su camino hacia la Mesa de Piedra.

         La trama es bastante concisa, incluso al principio. Las cosas que suceden son necesarias para la historia, pero también para la formación de los personajes, por ejemplo, cuando Edmund entra en Narnia y luego finge no haberlo hecho, con lo que nos demuestra su carácter mentiroso. Hay muchos momentos en los que se da información sobre Narnia, sobre la manera en la que funciona o cómo son los que habitan allí, pero aquí hay que tener en cuenta que este era el primer libro publicado de la saga. El único momento que, como dije, se me hizo un poco pesado (pero lo digo de inconforme) es desde que viajan de la casa de los castores hasta la Mesa de Piedra, que se intercala con el viaje que emprenden la Bruja Blanca, el Enano y Edmund, con lo que todo el tiempo están viajando. Sin embargo, las últimas escenas están cargadas de emotividad y muchas enseñanzas para los protagonistas.

En la reseña anterior ya dije que me gusta mucho la escritura de Lewis, y aquí lo repito. Es una escritura que te envuelve, que te explica las cosas necesarias para entender el mundo y lo que sucede, pero siempre desde un punto muy dinámico y nada denso. Me encanta y amo que el narrador se comunique con los lectores, le da un toque mucho más personal.

El mundo de Narnia de El sobrino del mago apenas nacía y, aunque estaba muy bien estructurado, le faltaban muchas cosas, como arboles o las casas de los propios narnianos, así como el Castillo Cair Paravel, que sí se encuentran en El león, la bruja y el ropero; de esta forma vemos como Narnia creció y se desarrolló, al igual que las costumbres de sus habitantes. En lo personal, a mí me gusta mucho la Narnia invernal, es ideal para leerlo en esta época del año.

         Como todo en el libro, ver a los personajes, transmiten mucha nostalgia y podemos revisar y repasar todo aquello que los caracterizaba al principio y lo que los caracteriza al final.

        
Lucy es maravillosa. Siempre fue mi favorita y creo que es la favorita de muchos, pero es que es imposible no encariñarse con ella. Lucy representa todo lo que me gusta: es muy valiente (ella misma lo dice), muy decidida, leal (con sus hermanos y con sus amigos, como el señor Tumnus), obediente (a lo que dicen sus mayores, como Aslan) y dispuesta a aprender, y, lo más importante, tiene mucha confianza en sí misma y nunca se echa para atrás cuando sus hermanos no le creen sobre Narnia, aunque, y esto es lo mejor, tampoco siente rencor (ni siquiera hacia Edmund) por esto mismo. 

         Edmund me encanta. Es raro, lo sé. Todo el mundo odia a Edmund. Pero creo que, a pesar de todo lo malo que hace, se arrepiente y se siente verdaderamente mal después. No es necesaria la charla misteriosa que tuvo con Aslan para notar el cambio en su forma de actuar y ser con sus hermanos y todos los narnianos. Edmund después se convierte en un gran rey, por algo lo llaman El Justo, y creo que por esto mismo hay que destacarlo: porque me resulta mucho más interesante y placentero ver como alguien crece, siendo odioso al principio y muy grande al final.
        
         
Peter era mi crush cuando era más chica, principalmente por las películas, pero, aunque se nota todo el amor que siente por sus hermanos y que será un rey estupendo, a mí me rechina un poco su perfección, por eso mismo prefiero a Edmund, porque parece que Peter lo hace todo bien. Sin embargo, lo sigo apreciando muchísimo.

         Susan realmente nunca me gustó. Entiendo que es parte de los cuatro y que por eso es importante, pero no creo que aporte nada a la historia, porque nunca la veo haciendo algo que dijeras “si ella no estuviera nadie más podría hacerlo o decirlo” como sí me sucede con otros personajes.

         Aslan es el mismo siempre, es cierto. Pero me gusta mucho el personaje, todo el misterio que lo envuelve y todo el amor que lo envuelve, todo el amor hacia Narnia y sus habitantes, y a los niños también, a pesar de que nunca deja de mostrar su lado más severo o dominante cuando es necesario. En una de las ocasiones en las que me parece necesario, aunque también un poco brusco, es cuando Lucy se queda esperando que Edmund se recupere en lugar de asistir a otros narnianos que se encuentran heridos; en ese momento, Aslan le dice algo como “¿es necesario que más mueran por culpa de Edmund?” y quizá es un comentario sin más, pero me choca mucho, porque, si realmente fue perdonado, el comentario no debería estar allí.

         La Bruja Blanca también me encanta, más que nada ahora que recordé que es descendiente de Lilith, madre de los demonios. Me encanta porque es malvada de verdad y me causaba mucha gracia cada vez que se enojaba con todos los incompetentes que la rodean, porque yo también me enojaría bastante. Cada vez que mencionaban sus ropas no podía evitar recordar a Tilda (la amo), quien la representa en la película, ni cuando veía las ilustraciones y veía su pelo lacio en lugar de los extravagantes peinados de la actriz.

Tumnus también me encanta. Es todo un símbolo para Narnia y, por la película es que conocí a James McCavoy, quien después se convertiría en unos de mis actores favoritos. Uno no puede pensar en El león, la bruja y el ropero y no pensar en Tumnus y su paraguas y la bufanda roja (aunque esta última es de la película). Desde el principio uno se encariña con el fauno que quiere salvar Narnia, pero que no puede evitar sentirse fatal por tener que engañar a esa niña que lo trató con tanta cordialidad, quien se vuelve una de sus mejores amigas.

         No es mi libro favorito de Las Crónicas de Narnia, pero sí uno que conlleva una gran carga emocional y que se ha vuelto un símbolo.

         Valentine.

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