viernes, 22 de junio de 2018

Reseña: Corona de medianoche


Reseña:
“Corona de medianoche” de Sarah J. Maas.
Datos:
Título original: “Crown of Midnight”.
Año de publicación: 2013
Saga: Trono de cristal #2
Libro anterior: Trono de Cristal
Siguiente libro: Heredera de fuego
Puntuación en Goodreads: tres estrellas.
Reseña número: #85.

Reseña: Después de vencer en las pruebas para ser campeona del rey, Celaena Sardothien ha tenido que cumplir los mandatos de este, asesinando a aquellos mortales enemigos o rebeldes que ponen en peligro su poder. Cada supuesto asesinato se hace más difícil con la nueva misión que la legendaria y antigua reina de Adarlan, Elena, le ha impuesto sin ningún tipo de ayuda real y con la insistencia de Nehemia en que Celaena podría ser mucho más que una marioneta del rey.

Opinión personal:
     
   Desde el principio del libro se notó que hay un cambio respecto al anterior (Trono de Cristal), se intenta que sea un poco más serio y, el propio libro, toma más en serio su historia. En el anterior, tanto las pruebas y la historia de hadas y reinos eran una excusa para que Celaena se relacionara con Dorian o Chaol. En esta entrega no me ha parecido eso, aunque sí se toma una gran parte del libro para desarrollar la relación de Celaena y Chaol, sin embargo, lo siento necesario para que tenga sentido lo que ocurre a continuación. Quiero decir, no hubo partes que sobraran en el libro, quizá sí alguna escena, pero no toda una parte como en el libro anterior (con Kaltain, por ejemplo).

         En mi opinión, el problema fue que el gran giro argumental no me causó nada. Nada de nada. Puedo entender todas las reacciones de los personajes ante tal evento, pero a mí como lector no me supuso ningún cambio, simplemente que ahora sí pasaría lo que yo esperaba: que Celaena se comporte como una asesina y no una niña mimada. El libro se mantuvo en una línea, sin altos ni bajos, hasta el final, pero (sí, también hay un “pero”) yo ya me veía venir ese “enorme” giro argumental. De hecho, supe la idea principal de este desde que Celaena entró a su habitación en el palacio la primera vez, era bastante obvio. La historia y la trama están mejor construidas que las anteriores y los personajes son más serios, al igual que las situaciones que se presentan. El ritmo no es malo, no es lento en ningún momento, pero tampoco me mantuvo pendiente de lo que sucedía.

         En la reseña del libro anterior dije que me molestaba que el único escenario fuera el palacio, porque era bastante aburrido. Y, por suerte, en este libro hay algún otro, como la ciudad. No es mucho, pero es algo. También me gustó que se haya desarrollado el universo de Tono de cristal un poco más, las fronteras se ampliaron y ya no era “aquel reino donde pasó tal cosa”, sino que se convirtieron en lugares que podías imaginarte.

         Sobre los personajes, se profundiza más en ellos, aunque no siento que haya personajes nuevos. Sí los hay, porque aparece Archer y… no recuerdo otro, pero aún así se siente que los mismos personajes (del libro anterior) son los que llevan adelante la historia: Celaena, Chaol, Dorian y Nehemia. Se sabe alguna que otra cosa más del rey, pero no mucho. También entra en acción el primo de Dorian, Roland, pero apenas sabemos algo de él y las veces en las que aparece lo hace de forma tan insulsa que no es algo para recordar. Se supone que el hermano de Dorian viene al palacio, y, sin embargo, ni lo conocemos. Lo mismo pasa con la bruja Baba Yellowsleggs, creo que es un personaje que se pudo explotar bastante, en cambio, apareció y desapareció de la escena con la misma rapidez, por lo que no pudimos apreciar mucho su importancia. De hecho, creo que no aportó nada a la historia, al menos a mí no me concedió ningún dato nuevo y la escena en su caravana me resultó tan confusa que no entendí muy bien lo que pasó.

        
      Celaena está indecisa todo el tiempo sobre lo que quiere hacer: no sabe si ir contra el Rey, pero no quiere matar a los hombres rebeldes, quiere ser amiga de Nehemia pero no quiere arriesgarse a apoyarla en su campaña contra el Rey, intenta cumplir el mandato de Elena pero sin muchas ganas. No sabe qué es lo que realmente quiere, para ella sería mucho más sencillo hacer de cuenta que nada pasa. Después de la brecha de la historia, nos encontramos con la Celaena que todos pensamos que existiría en el primer libro, no esa niña mimada que no dejaba de quejarse. Yo no lo tomo como una “evolución”, sino más bien como lo que debió ser desde el principio y punto. El problema es que incluso su indecisión persiste entonces: era súper mala y después de un ratito comienza a arrepentirse de lo que hizo, y ya no odia a Chaol, y ya todo pierde fuerza. Es algo que odio que los autores hagan con los personajes: si hay arrepentimiento, entonces hay arrepentimiento; pero no hagas que tus personajes cometan atrocidades y luego intenta suavizarlo con el arrepentimiento.

  Chaol sí me gusta. En el primer libro era medio insulso, pero en este comienza a tomar forma, sabemos más sobre sus pensamientos, de lo que desea, de sus valores. Sin embargo, odio que Chaol sea tan pasivo, al menos ese es un rasgo que Celaena y Dorian no tienen, ambos actúan cuando les disgusta, o, por el contrario, les agrada algo, Chaol nunca sabe cómo reaccionar. Ya sé que no todos los personajes son iguales, pero si tienes un personaje que no sabe cómo actuar, la historia se vuelve aburrida. Antes de la brecha, me gustó mucho esa faceta suya un poco seductora/juguetona con Celaena, pero después de la brecha se vuelve como más tontito, está todo el rato llorando por los rincones y es fastidioso.

      Dorian es un cero a la izquierda, a nadie le importa. No le importa a Celaena, no le importa a Chaol, ni siquiera a su padre. El único que parece ponerle un ojo encima es Roland, su primo, claramente un espía del Rey. Dorian empieza a descubrir la magia que hay en él (perdón si lo consideran un spoiler, pero es algo que pasa casi al comienzo) y no sabe qué hacer con ella. Así que lo único que hace Dorian todo el libro es buscar antecedentes mágicos en su familia. Y ya está. Y ayudar un poquito a Celaena al final. Y listo. Por lo demás, está todo el tiempo enojado con Chaol por robarle a su chica. Dios.

  Nehemia era el único personaje que me gustó del libro anterior, pero que en este se comportó de forma muy estúpida. De arriba hacia abajo todo lo que hizo me pareció una reverenda estupidez, completamente innecesario. Desde el principio está, cada vez que ve a Celaena, sermoneándola por ser la Campeona del Rey y no ayudarla a salvar a los esclavos, luego le ofrece ayuda a Dorian, luego está aliada con los rebeldes, pero no hace nada muy productivo, luego, luego, luego. Lo que descubre Celaena después de la brecha de la historia acerca de Nehemia, me resulta una de las formas más estúpidas de darle cierre a un personaje, por ella y por la autora. Pero bueno, sí era necesario que Celaena espabile un poco.

         Mi problema con el Rey de Adarlan, es que sabemos que es un tirano, que es el malo malísimo, pero no lo conocemos. Lo vemos sólo en algunas escenas siempre con su consejo y absolutamente nada más. Y me enoja, porque se supone que es el gran villano.

         En conclusión, la historia crece en referencia a Trono de Cristal, pero continúa siendo bastante insulsa y sin provocarme ninguna reacción o emoción.

Valentine.

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